A José Luis Sánchez Vargas, propietario del San Francisco 1, la aplicación de la nueva ordenanza de terrazas le va a costar 10 de las 24 mesas que tenía concedidas en la plaza. Y con las que se les permitirían en Rosario, puede que la pérdida se quede en 8 o 6. Con la propuesta inicial desaparecían 14 y veía peligrar puestos de trabajo.

“Los hosteleros tenemos claro que tenemos que compartir el espacio público con todos los ciudadanos y usar sólo el que nos conceden para los clientes”, afirma.

"Tanto el concejal Martín Vila como el alcalde han estado muy receptivos. Con la solución a la que hemos llegado –que dista mucho de la que se proponía al principio en función de unos requisitos técnicos nuevos– hemos ganado todos", sostiene.

"La ciudadanía en general gana espacio de tránsito y de ocio y nosotros podemos seguir trabajando y manteniendo empleo. Porque el reto no siempre está en crearlo, sino en mantenerlo”, añade José Luis.

“El alcalde es consciente de la importancia de la hostelería en el tejido socioeconómico de la ciudad; hay que gobernar atendiendo a las singularidades de nuestra ciudad. Porque un casco histórico como el de Cádiz no lo tiene nadie en España”, concluye.