El astillero de Cádiz vuelve a la normalidad tras la entrada en Navantia del mayor hospital flotante del mundo

El Global Mercy accedió al Muelle de Armamento de la factoría gaditana de reparaciones sobre la una de la tarde

El singular buque se ha llevado más de dos semanas en el Muelle Marqués de Comillas esperando a que los disturbios durante la huelga del metal le permitieran acceder a la factoría para ser reparado y puesto a punto

El mayor hospital flotante del mundo reparará en el astillero de Cádiz a finales de junio

El Global Mercy logró entrar en el Muelle de Navantia en torno a la una de la tarde.
El Global Mercy logró entrar en el Muelle de Navantia en torno a la una de la tarde. / Jesús Marín

"Normalidad total". Fue la consigna recibida por parte del presiente del comité de empresa de la factoría de reparaciones de Navantia en Cádiz, José Antonio Bolaños.

Siguen algunos coletazos informativos pero el personal de las tres factorías vuelve con el inicio de esta semana a la tranquilidad después de casi dos semanas de intensos disturbios y de incertidumbre entre la ciudadanía hasta no saber con qué nivel de parálisis de la ciudad podía encontrarse uno o una a la hora de salir de su casa.

El mayor hospital flotante del mundo entra en Navantia Cádiz para su reparación

Poco antes de las once de la mañana salía del Muelle Marqués de Comillas, en la dársena comercial del puerto de Cádiz el Global Mercy después de que llegara a mitad de la última semana de junio con cierto retraso con el calendario inicialmente contemplado.

Según los planes de Navantia, el Global Mercy, considerado el hospital flotante más grande del mundo, debería haber accedido a uno de los muelles de Navantia debería haber entrado el 24 de junio pero no fue hasta el 27 cuando asomaba su proa por la bocana del puerto de Cádiz.

A la vista de como estaba la situación en el astillero de Cádiz con el conflicto del metal a flor de piel y con un buque de Carnival, el Carnival Liberty, secuestrado por el conflicto y loco por escaparse de la dársena de Navantia, algo que consiguió después de varios intentos. Se liberó, pasó por el Muelle de La Galeona durante unas horas y ni se lo pensó: salió escopetado en busca de un astillero que termira la obra que no se le había podido finalizar en Cádiz por culpa de la huelga.

Los disturbios le cogieron de imprevisto y pilló al Carnival Liberty con los botes salvavidas en tierra y totalmente desmontados, lo que se convirtió inicialmente en un problema ya que la huelga no era excusa válida para la legislación actualmente vigente para que el gigantesco crucero de la Carnival saliera a altamar.

Lograron montarle los botes y aprovechó el primer despiste para salirse de Navantia-Cádiz y rápidamente, tal y como se esperaba, consiguí día y hora para entrar en el astillero de Marsella, donde se frotaban las manos como las moscas a la vista de la que se estaba formando en Cádiz. Allí llegó el Carnival LIberty y en cuestión de menos de una semana salía de allí listo para tirar para Nuevar Orleans y comenzar sus rutas vacacionales.

La relación entre Carnival y Navantia-Cádiz quedó seriamente dañada, no sólo porque se puso en peligro a los trabajadores y a la tripulación del Carnival Liberty sino, además, porque la naviera norteamericana tuvo que suspender el primer trayecto de este crucero que provocó que más de 4.000 cruceristas tuvieran que mudarse a otro crucero de Carnival para empezar sus vacaciones.

Eso le ha conllevado una seria de pérdidas económicas a la naviera y un daño en su prestigio, ya que no es plato de buen gusto para ninguna empresa de cruceros tener que cambiar de buque de la noche a la mañana a más de 4.000 clientes.

Pero bueno, finalmente con el Liberty quedó ahí la historia pero quedaban aún varios frentes abiertos, ya que desde Navantia veían como al mayor hospital flotante del mundo se le estaba acabando la paciencia y que ya estaba planteando ultimátum a la factoría.

Tras varias reuniones con el director de dique a bordo del Global Mercy, se llegó al compromiso de que este lunes, 7 de junio, se trasladaría el buque hasta Navantia sí o sí, tal y como ha ocurrido finalmente después de una larga operación que ha quedado en manos, como siempre, de los remolcadores, de la tripulación del barco, de los prácticos del puerto de Cádiz y de los amarradores .

Así, poco antes de la una de la tarde, tal y como muestran los vídeos que acompañan a esta información, el Global Mercy logró entrar en uno de los muelles de Navantia-Cádiz, donde se la hará buena parte de la reparación y puesta a punto. Otra parte de la operación se llevará a cabo en dique. En total, encuestión de poco más de cuartenta días, es decir en torno a mediados de agosto, el Global Mercy debería abandonar Cádiz para poner de nuevo manos a la obra en su siempre encomiable labor humanitaria.

Así ha sido la entrada del Global Mercy en Navantia Cádiz

El objetivo de los propietarios del Global Mercy es poder poner rumbo lo antes posible a Freetown, en Sierra Leona, que era el último puerto conocido en el que sus profesionales y voluntarios estuvieron desarrollando su labor solidaria con en tierras africanas.

El buque cuenta con instalaciones hospitalarias avanzadas para ofrecer servicios de salud gratuitos a personas de países en vías de desarrollo que no tienen acceso a estos servicios sanitarios. En los últimos 46 años, Naves de Esperanza ha realizado 117.000 cirugías transformadoras a bordo, ha tratado a más de 201.400 pacientes y realizado más de 541.000 procedimientos dentales; formado a más de 54.300 profesionales de la salud y llevado a cabo 1.115 proyectos de desarrollo, infraestructura hospitalaria y agricultura.

Concretamente durante su estancia en Sierra Leona la tripulación del buque hospital llegó a realizar cerca de dos mil intervenciones quirúrgicas gratuitas y formar a más de 145 profesionales sanitarios que pueden seguir reforzando los sistemas quirúrgicos del país incluso después de la partida del Global Mercy.

La superficie total del departamento hospitalario es de 7.000 m² y tiene capacidad para 641 tripulantes, procedentes de más de 50 naciones de todo el mundo.

Mercy Ships–Barcos de la Esperanza es una ONG Internacional con oficinas en 16 naciones, que lleva operando desde el año 1978 a través de buques hospitales. Han trabajado en más de 56 países en vías de desarrollo, proporcionando servicios valorados en más de 1,5 mil millones de euros y beneficiado directamente a más de 2,8 millones personas.

Cada año, más de 3.000 profesionales voluntarios de más de 60 países prestan servicio a bordo de los dos buques hospital no gubernamentales más grandes del mundo, el Africa Mercy y el Global Mercy. Profesionales como cirujanos, dentistas, enfermeros, formadores de atención médica, cocineros e ingenieros donan su tiempo y sus habilidades a acelerar el acceso a una atención quirúrgica, obstétrica y anestésica segura.

El puerto de Santa Cruz de Tenerife suele acoger en sus muelles con bastante asiduidad a este buque.

Lejos queda ya la historia, rescatada de Internet, de Don y Deyon Stephens, una pareja de jóvenes estadounidenses que tras vivir como voluntarios en 1964 la devastación del huracán Cleo en Bahamas, soñaron con la posibilidad de que un barco llegase con médicos y material para ayudar en la reconstrucción de la zona dañada.

Años después, con la llegada de su tercer hijo, que nació con una discapacidad, ese sueño regresó con fuerza al pensar que su hijo tenía los medios que millones de niños en otros lugares no tenían, pero no sería hasta 1978 cuando junto a seis voluntarios españoles, y otros 50 más de otras nacionalidades, consiguieron financiación para comprar y reconvertir en hospital un crucero de lujo que iba a desguazarse. 47 años después, la Fundación Mercy Ships es ahora mismo propietaria de los dos buques hospital civiles más grandes del mundo que cuentan con la más avanzada tecnología médica.

Bajo pabellón maltés, el Global Mercy con sus 174 metros de eslora dispone de seis quirófanos, espacio para 200 pacientes y 650 tripulantes y el Africa Mercy, un antiguo ferry reconvertido en hospital, tiene 154 metros de eslora que acogen cinco quirófanos, albergan a 450 tripulantes y 90 pacientes. Con estos impresionantes buques han realizado proyectos de salud en 55 países del Caribe, Asia y África subsahariana.

La organización, registrada como federación internacional, tiene doble sede, una en Dallas, Estados Unidos y otra en Laussane, Suiza, siendo Tenerife su principal puerto de avituallamiento y reparaciones.

La organización suele contar con donaciones de particulares y empresas, pero no todo es dinero, también se suelen financian con servicios, productos o suministros. Por ejemplo, MSC les financia a coste cero el transporte de contenedores desde los almacenes hasta donde se encuentren los buques en cada momento

Y es más, la construcción de un tercer buque para su flota, la empresa de informática Dell les donará los ordenadores; Repsol el lubricante; Boluda el remolque a puertos. Sin embargo, a nivel gubernamental, se da la circunstancia de que el único gobierno del que reciben ayuda es el noruego para un proyecto en Liberia que duró siete años.

¿Quién compone la tripulación?

Todas las personas que viajan a día de hoy a bordo del Global Mercy son voluntarios de hasta 60 países diferentes. El período de estancia mínimo es de 15 días y el máximo de 2 años, siendo la media de 6 a 12 semanas, aunque a los maestros y jefes médicos se les pide un año mínimo. Un tercio del personal son sanitarios, otro tercio tripulación y el resto se dedican a tareas necesarias: cocina, limpieza, administración, informática, reparaciones, acompañamiento...

Y además de atención sanitaria, el barco cuenta con un colegio a bordo, porque hay voluntarios que vienen por un año y deciden traer a su familia y, en la actualidad 65 niños aportan sus conocimientos y ganas de aprender en la escuela del Global Mercy.

Voluntarios caídos del cielo pero con nombre de persona

En distintas webs en las que se destaca la existencia de este gran hospital solidario que surca los mares buscando dónde ayudar van personas, van voluntarios que dejan tras de sí familias, amigos, hijos, casa, ese círculo de confort en el que todos vivimos y del que es, casi siempre, difícil de sacarnos.

Pues unos cuantos nombres, por ejemplo, Gary Parker es un cirujano americano que lleva 38 años de voluntario. En Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y naciones del norte de Europa el voluntariado está arraigado en la sociedad y siempre encuentran facilidades para pedir excedencias o financiación privada para estas actividades.

Rut es una pedagoga de Tenerife que en su primer voluntariado a los dos días decía estar aburrida de fregar platos y servir comidas, hasta que vio la alegría de una enfermera senegalesa que había recibido formación y gracias a ella pudo salvar la vida de un bebé.

Durante su estancia en la factoría gaditana, según fuentes del comité de empresa de Cádiz, el barco no viene con muchos trabajos pendientes aunque sí, es cierto, que viene por un periodo de tiempo largo.

En principio se va a instalar una grúa en la cubierta 12, se le van a montar e instalar dos nuevas escalas reales, se van a sustituir una serie de ánodos (Los ánodos de barcos, también conocidos como ánodos galvánicos o ánodos de sacrificio para barcos, son elementos importantes para proteger de la corrosión electroquímica a los componentes metálicos de una embarcación. Fuente: https://www.svb-marine.es ) y recibirá una serie de tratamientos de pintura en el casco del buque así como la aplicación de una pintura especial para sus cocinas y nuevo pavimento para esas mismas estancias, así como el cambio de buena parte del mobiliario perteneciente a la parte hotel del Global Mercy.

En principio parece que el premontaje de la grúa se hará inicialmente en muelle y posteriormente el barco será trasladado a dique.

Todas esta operación de este buque solidario se llevarán a cabo, una parte en Muelle y otra parte en dique. Parece que el premontaje de la grúa se hará inicialmente en muelle y ya, después, se llevará el buque a dique 2.

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