El barrio más antiguo de Puerta Tierra

Urbanismo en Cádiz: ¿Hay que salvar los Chinchorros o convertirlo en un bulevar?

Las últimas edificaciones de los Chinchorros, atrapados por edificios en altura.

Las últimas edificaciones de los Chinchorros, atrapados por edificios en altura. / Jesús Marín

Observen la fotografía que ilustra esta información. El urbanismo histórico de extramuros atrapado por las nuevas construcciones que se han ido levantando en las últimas décadas, alguna aún en ejecución. El final de una etapa, el adiós a una estética y a una forma de vivir propia de cuando se levantó, finales del XVIII y principios del XIX, que va camino de desaparecer arrasada por el progreso urbano.

Hace unos días desaparecían de la calle San Bartolomé los últimos bolos y losas de Tarifa, tan característicos de nuestras calles durante siglos. Aún persisten en algunas vías del casco antiguo, pero en Puerta Tierra los de San Bartolomé eran el último vestigio.

Esta calle forma parte del polígono de San Juan Bautista, una parte del barrio de San José que creció junto al cementerio y la iglesia del mismo nombre y que todavía mantiene en pie algunas edificaciones en la zona de la avenida de Portugal.

La zona cercana al camposanto, popularmente conocida como Los Chinchorros, ha ido desapareciendo poco a poco, desde que en la etapa de gobierno de Carlos Díaz se construyese la primera promoción de viviendas, sustituyendo a los pisos bajos, a los talleres y a una evidente infravivienda.

De todo ello hoy solo queda lo que refleja la fotografía, atrapada por edificios en altura, entre las calles San Bartolomé y Arcángel San Miguel.

Esta manzana mantiene apenas media docena de casas en uso. Todas, ciertamente, muy cuidadas, mimadas por sus propietarios, y algunos locales comerciales. Sin embargo, en los últimos meses han entrado en decadencia algunas de las casas, hasta el punto que varias se han demolido ya por el riesgo de derrumbe.

El actual Plan de Ordenación Urbana prevé el derribo de toda esta parcela. El objetivo es construir un bulevar que conecte la Avenida con el futuro parque del Descanso, en el que se transformará el cementerio una vez se hayan exhumados todos los restos allí enterrados. Sin embargo, el primer Plan de 1984 proponía preservar este legado histórico de nuestro urbanismo, rehabilitando las viviendas y manteniendo su uso como tales, algo que finalmente no se mantuvo.

La cuestión es si Cádiz debe mantener este último vestigio del urbanismo del siglo XIX en extramuros.

Atendiendo a su cercanía con el futuro parque en el cementerio, que el Ayuntamiento quiere poner en marcha en el final de este mandato, cabría rehabilitar las construcciones que aún siguen en pie pero sin habitar como pequeños locales comerciales, tabernas o bares que ayuden a dinamizar la zona, manteniendo en su uso actual las que están habitadas y bien cuidadas. A la vez en los solares ya vacíos cabría recuperar el modelo constructivo de hace dos siglos, para mantener la uniformidad.

La frialdad urbanística de Puerta de Tierra, solo salvada por la playa y la Bahía, podría encontrar aquí un espacio lleno de vida y de desarrollo económico peculiar directamente conectado con el parque del Descanso.

El gobierno de José María González pretende iniciar ya el proceso, largo, de redacción de un nuevo PGOU. Se podría abrir entonces un proceso de reflexión: ¿gana la ciudad manteniendo este legado arquitectónico o es más útil su derribo total y su conversión en un pequeño bulevar?

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