"Con lo que tiene ahora, con los cargueros y con los cruceros que llegan a su puerto, Sevilla tiene suficiente. No necesita una obra insolidaria como el dragado del Guadalquivir, una obra que destrozaría el río rey de Andalucía. Además, ya están ahí las autovías para permitir acercar en poco tiempo a Sevilla cualquier mercancía desde los puertos de Huelva, Cádiz y Algeciras". Lola Illescas, portavoz de Ecologistas en Acción, terminó así ayer en la capital gaditana su intervención sobre las consecuencias medioambientales que depararía dragar el río Guadalquivir, un proyecto de la Autoridad Portuaria de Sevilla contra el que se han movilizado diferentes colectivos.

Illescas participó en una mesa redonda en la sede de la Asociación de Vecinos Cádiz Centro, organizada por el Ateneo Sociocultural Andaluz para debatir sobre el futuro del puerto de Cádiz y el dragado del río Guadalquivir. "El dragado traería graves consecuencias para el puerto de Cádiz, y no sólo para el tráfico de pasajeros, también para el de mercancías. Es una obra totalmente innecesaria. A Sevilla ya llegan cruceros. Y no estamos sobrados aquí, en la provincia de Cádiz, como para no luchar por lo nuestro", enlazó con lo expuesto por la portavoz de Ecologistas José Álvarez Portillo, ex consejero de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz (APBC), quien también intervino en la mesa redonda.

Lola Illescas dijo que el dragado del Guadalquivir representa "el ombliguismo sevillano" y que pretende simple y llanamente dar sentido a otra obra: construyeron en Sevilla una esclusa para barcos enormes, gastaron 160 millones de euros, y resulta que esos buques no pueden llegar allí. La esclusa es como el aeropuerto de Castellón, explicó. Por eso quieren dragar el río: para que lleguen los barcos que ahora no llegan.

Para lograrlo, señaló Illescas, no les importa que el dragado del Guadalquivir convierta el río en una ría (algo que ya está ocurriendo, además), y que tal como está ahora el estuario, en el estado tan lamentable que presenta (con turbidez permanente, por ejemplo), dragar el río sea firmar su sentencia de muerte, como señalan las conclusiones de un estudio realizado por el CSIC.

Álvarez Portillo hizo un repaso a las anunciadas y nunca realizadas obras en el puerto de la Bahía de Cádiz, a los proyectos anunciados a bombo y platillo años atrás, y se lamentó de que la sociedad civil no se haya movilizado nunca en Cádiz, que no haya demandado que se llevasen a cabo esas obras que se han quedado en los titulares de la prensa que mostró.

Lo más preocupante ahora para el puerto de Cádiz (y, por tanto, para Cádiz y para la provincia de Cádiz), dijo el ex consejero de la APBC, es que no lleguen los fondos europeos para la terminal de contenedores, porque el proyecto de dragado del Guadalquivir ya tiene un freno muy importante: la reciente dimisión del presidente de la Autoridad Portuaria de Sevilla.