El Plan contra la Turistificación en la ciudad de Cádiz entrará en vigor el próximo mes de octubre. La Junta ya está ultimando el informe definitivo sobre la modificación del PGOU puesta en marcha por el Ayuntamiento, por lo que se espera que este documento se apruebe en el pleno municipal de finales de septiembre.

Será entonces cuando entre en vigor una de las medidas estrellas del mandato del actual gobierno municipal, uniéndose a acciones similares que ya han emprendido o pretenden emprender ayuntamientos como los de Sevilla y Barcelona, y sobre el que está trabajando la propia Junta de Andalucía.

El documento va a permitir reordenar todo el sector hotelero de la ciudad, a la vez que pondrá coto al crecimiento desmesurado de una oferta que hace una década era inexistente: las viviendas con fines turísticos, pero que en pocos años se ha extendido de forma vertiginosa por media ciudad.

Cádiz ha sido una de las ciudades donde más ha impactado este nuevo modelo de turismo. La ciudad cuenta con 2.200 VFT registradas por la Junta, aunque se considera que activas serán unas 1.500. Todas ocupando casas que antes tenían un carácter residencial. En la provincia solo Tarifa tiene un mayor número de este tipo de alojamientos, mientras que a nivel andaluza, Cádiz es una de las poblaciones que soporta una mayor presión dentro de su parque inmobiliario.

La norma que se aprobará de forma definitiva a final de septiembre, pondrá sobre la mesa una norma, lógicamente de obligado cumplimiento, que acotará de forma muy estricta las zonas de la ciudad donde podrán crecer las VFT y, también, fijará dónde podrán levantarse nuevos hoteles y apartamentos turísticos.

La mayor presión sobre el total del parque de viviendas residenciales se produce en la zona centro del casco antiguo, en el entorno de Candelaria-San Francisco, donde los pisos y apartamentos turísticos suponen cerca del 10% del total de las viviendas. También es notable la incidencia en el barrio de La Viña, con cerca del 8% en alguna de sus vías.

Por ello, es el casco antiguo la zona de la ciudad más afectada, con barrios donde sus asociaciones de vecinos han alertado ante la pérdida de viviendas para sus vecinos en favor de este sistema de alojamiento. La incidencia en Puerta Tierra es menor, concentrándose en el Paseo Marítimo. En el global de la ciudad la presión se sitúa por encima del 5%.

El mapa del INE se tiñe de oscuro en la mayor parte del casco histórico y en buena parte del Paseo Marítimo, aunque el global de la presión en la ciudad baja hasta un 5,04%. No hay una capital en Andalucía que tenga un porcentaje superior, según un estudio del Instituto Nacional de Estadística.

Con la nueva norma que entrará en vigor tras el pleno de septiembre, el casco antiguo de la ciudad será espacio vetado para nuevas viviendas con fines turísticos, aunque se mantendrán las que ya están legalizadas.

En cuanto a nuevos hoteles y apartamentos turísticos, sí pondrán seguir ampliando su número, pero limitados a edificios con catalogación 0 y 1 en el PGOU, de complicada adaptación como uso residencial.

En el caso de extramuros, la nueva regulación sí permitirá que cualquier finca pueda transformarse en hotel o apartamentos turísticos; pero limitará la creación de nuevas VFT a las plantas baja, primera y segunda de los edificios.

Desde que el Ayuntamiento inició el proceso de modificación del PGOU hace un año se ha producido una notable ralentización en la apertura de nuevas VFT.

"No se ha podido frenar la apertura de nuevos pisos (pues su autorización está en manos de la Junta) en este tiempo, pero sí se han visto brotes verdes", destaca el teniente de alcalde de Urbanismo, Martín Vila.

El edil resalta que en estos meses se ha ido produciendo un cambio de tendencia, con una notable desaceleración en el ritmo de nuevas aperturas. Como ejemplo, desde el inicio de la actual temporada de verano se han inscrito 50 nuevas, un número muy por debajo de anteriores temporadas en el mismo periodo de tiempo.

Se tiene claro que el inicio de la modificación del PGOU hizo replantear actuaciones de VFT, especialmente de inversores de otras zonas. Y estos pisos, al final, han acabado por integrarse en la oferta residencial de la ciudad reduciendo, aunque sea mínimamente el elevado déficit de viviendas que tiene Cádiz.