José Pérez Toledo 'Pepe el Caja · 'Director de comparsas'

"En la modalidad de comparsas se han perdido el temple y el sabor"

  • "Cuando se cansan de ti te debes retirar. El Carnaval no puede estar por encima de la vida ", asegura.

Pepe acude a la entrevista acompañado de su inseparable tocayo, José Gómez, el ex propietario del bar Los Pabellones donde el entrevistado ha parado siempre y sigue siendo parroquiano en las escaleras del monumento a Moret. Estamos ante una leyenda de la comparsa, con un historial que impresiona y un soniquete en su caja y una exquisitez para afinar los grupos que han marcado una época. Pepe el Caja sigue, ahora con la Antología del Rincón del Veneno, buscando el sabor, la palabra que siempre utiliza para definir lo que es buen gusto y detestar la estridencia en el cante carnavalesco.

-¿Cómo llega usted al Carnaval?

-Parábamos en el Piojito, en la Merced, y allí cantábamos los amigotes. Un día pasó por allí el Magaña, que era un conocido postulante que llevaba Villegas. Ese hombre iba a hacer una comparsa para el 66, 'Los niños yeyé', y me dijo que si me iba con ellos. Esta comparsa, que fue segundo premio, es la que se convirtió luego en 'Los yeyés-gaditanos', que estuvo cantando mucho fuera de Cádiz, pero yo era muy joven y mis padres no me dejaron irme a Madrid. Ya el año siguiente hicimos en el barrio 'Los bohemios', que quedamos muy bien. Ahí salió por primera vez en el Carnaval Carli Sibón. Y a partir de ahí, con 'Los maniseros'.

-Otra agrupación que se hinchó a cantar por todas partes. ¿Ahí sí se fue de gira?

-Sí, esa comparsa fue del mismo año de 'Los bohemios', del 67, y me fui con ellos para diez meses. Es curioso, no me fui con 'Los ye-yés' y sí con 'Los maniseros'. Estuvimos en muchos sitios. Ya el año siguiente, en el 68, entré con Paco Alba.

-Palabras mayores. ¿Cómo fue su llegada a la comparsa de El Brujo?

-Aunque nunca rezó como autor, el pasodoble de 'Los niños yeyés' era de Paco Alba. Recuerdo que fue a meterlo él mismo al ensayo, un domingo por la mañana en el Parque. Se quedaría con mi forma de tocar la caja y luego me llamó para salir con él.

-Por entonces, una llamada de Paco Alba era lo máximo.

-No se me olvidará en la vida. No tenía ni 20 años. Por entonces estaba trabajando de noche en el muelle y estaba en mi casa echando la siesta. Me despertó mi madre y me dijo que en la puerta me buscaban Manolo Moreno y "el hombre del gorrito", que era Paco Alba. Nos fuimos al bar de la esquina y cerramos el trato.

-¿Cómo era Paco Alba?

-Un caballero. Lo mejor que me ha pasado en el Carnaval. Me trató con un respeto enorme. Y educación. Mantuvo su grupo fiel hasta su última comparsa. Esto es impensable hoy en día.

-Y salió usted con él en 'Los senadores romanos'.

-Exacto. Ensayábamos en Radio Juventud. Cuando iba la gente a escucharnos se sorprendían de la juventud de los que habíamos entrado, El Corneta, El Galleguito y yo. Y es que salir con Paco Alba era un lujo, una comparsa muy codiciada.

-Estuvo usted sólo un año con Alba. ¿Por qué?

-Me fui por cuestiones que ahora no vienen al caso. Cosas de grupos, de sensaciones... en fin.

-Inicia usted luego su primera etapa con Antonio Martín.

-En 'Los nuevos aristócratas', del 69, y luego 'Los tarantos', en el 70. En el 71 no salí, por la mili, y en el 72 entré con 'Los playboys', con Pedro Romero. Volví en el 73 con Martín para 'Capricho andaluz'.

-Otra agrupación mítica, que destronó a su admirado Paco Alba. ¿Cómo vivió aquella noche en la que ustedes triunfaron y el público abucheó a 'Estampas goyescas', de Paco Alba?

-Fue algo muy violento. No me gustó aquello, porque Paco Alba me trató de lujo. Quitando los abucheos, aquello era ley de vida. Un autor en sus últimos años y otro que estaba despuntando. Por mucho que uno presuma de premios y tenga mucho ego, cuando la gente se cansa de ti te debes retirar. Hay quienes no saben entender esto. El Carnaval no puede estar por encima de la vida.

-¿Por qué se llevó usted varios años sin salir?

-No pude ni completar todo el año con 'Capricho andaluz' porque entré en Astilleros y no podía compaginar la comparsa con el trabajo. Tenía muy claro que el trabajo estaba antes. Volví en el 78 cuando montamos la antología de Martín, como previo paso a sacar para 1979 'Ángeles y demonios'. Una comparsa muy fuerte que se ganó el primer premio, compartido con 'Navegantes gaditanos', en la final. Ya para 1980 no pude salir, también por el trabajo. Volví con Quiñones y Aurelio Real en 'Gallos de pelea'.

-Ese fue el germen de un grupo mítico que usted dirigió.

-Eso es, en el 81 fue 'Gallos de pelea'. En el 82 dirigí 'Muñecos de cabalgata', que era de Bustelo. Conocí a muy buenos comparsistas como Mejías, Luis Alcántara.... Para el 83 no tenía pensamiento de salir, pero Aurelio, que había salido conmigo muchos años, me dio el toque y sacamos 'Robots' con Quiñones.

-Una comparsa histórica, adelantada a su tiempo.

-Fue impresionante. En los ensayos, sin disfraz, llamaba la atención la forma de movernos como robots. Eso costó mucho trabajo. Y el grupo cantaba como los ángeles. Al año siguiente fuimos 'Barriletes', una comparsa preciosa que no entró por los ojos y nos quedamos fuera de la final.

-En el verano de ese año se produce uno de los grandes cambios de grupos de la historia del Carnaval. Dejan ustedes a Quiñones y se van con Antonio Martín. ¿Cómo fue aquello?

-Me dijeron que Martín quería hablar conmigo. Nos vimos en el bar Rompeolas. Me lo propuso y se lo comuniqué al grupo. Algunos dijeron que sí y otros que no. La mayoría cambiamos de grupo. Le dije a Martín que nos íbamos a llevar cinco primeros premios. Y no me equivoqué.

-Ahí se inició una gloriosa etapa, con 'Entre rejas', de un grupo y un autor, jamás vista en la historia de la comparsa.

-Eso causó una gran expectación. Y marcamos una época irrepetible con un grupo que es el mejor de la historia del Carnaval. Eso no lo va a hacer nadie. En el Diario hubo una votación de carnavaleros hace unos años y eligieron a ese grupo como el mejor de siempre. Hicimos un buen trabajo. Yo estuve hasta 1992 y jamás bajamos del segundo premio.

-Después de esa fructífera etapa experimenta con varios autores.

-Con Pedro Romero, en comparsas como 'Güena gente', con Antonio Bustos en 'Mal de amores' o con Paco Rosado, Cárdenas y Peñalver en 'Vamos por Cai'. Desde entonces, ya retirado, he estado con la antología de Paco Alba.

-Y con la Antología del Rincón del Veneno, que toma el nombre del rincón donde se 'rajaba' de Carnaval en el desaparecido bar Los Pabellones.

-Por supuesto. Ahí he hecho más amigos en dos años que en toda mi trayectoria. Eso es de lo mejor que me ha pasado en Carnaval. Son unos fenómenos. Les deseo toda la suerte del mundo en sus agrupaciones para 2017.

-Ahí se ha encontrado usted con la nueva generación de comparsistas, piezas claves en sus agrupaciones. Su currículum le permite comparar. ¿Se canta ahora mejor que antes?

-Se canta de otra manera. Hay grandes voces y los chavales son muy listos, las cogen al vuelo. Los guitarras están más preparados musical y vocalmente.

-Le respetan, me consta.

-Sí, lo noto. Y me han valorado más que muchos listos que han estado conmigo en otras etapas. Sin interés alguno.

-¿Cómo ve la modalidad de comparsas?

-Ha cambiado mucho. Yo respiro otra cosa. El temple se ha perdido. Se meten voces donde no pegan, con muchas estridencias. No se puede ser contralto ni director a la fuerza.. Y de sabor, cero. Sabor es lo que te pone los vellos de punta. Hay grupos que me gustan más que otros.

-¿Cuáles han sido tus momentos más especiales en el Carnaval?

-Como he dicho antes, salir con Paco Alba ha sido lo máximo. Tampoco olvidaré nunca la final del 85 con 'Entre rejas', donde al público le faltó poco para saltar al escenario. Luego nos reunimos cuando cumplió 'Entre rejas' 25 años. Ahí estuvieron los que tenían que estar. O cantar en la plaza Mayor de Madrid con la antología de Antonio Martín en el 88. Tampoco me olvido de la reacción del público con el pasodoble de la 'vieja' en 'Güena gente'. Ha sido la ovación más larga que ha recibido una agrupación dirigida por mí. Y, repito, los momentos que estoy viviendo ahora con los chavales en la antología del Rincón del Veneno.

-¿Se descarta su regreso?

-Yo saldría con estos chavales, que me están dando la vida, pero es difícil porque cada uno está en su grupo y bien colocados. Me daría pereza empezar de cero. Tendría que ser un proyecto de muchas garantías.

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