Un Paseo por triplicado
El estado del Paseo Marítimo
La peatonalización del tramo entre el Hotel Playa y Cortadura, con la nueva plataforma del carril bici, evidencia la necesidad de unificar criterios en el diseño de toda la vía
Cádiz/El Paseo Marítimo de Cádiz siempre ha cargado con las culpas de una nefasta planificación urbana producto del boom inmobiliario de los años sesenta y setenta del pasado siglo.
Frente a otros litorales con grandes espacios abiertos a pie de arena, aquí siempre nos hemos topado con un muro de hormigón que, además de afectar a la propia estructura de la playa, le ha restado valor a una vía que tendría que ser referente en la trama urbana más allá de la época de calor.
La reforma integral del Paseo Marítimo durante el gobierno del socialista Carlos Díaz intentó paliar, con un diseño moderno y premiado, la nefasta herencia urbanística dejada por el franquismo. La playa se democratizó con la eliminación de las casetas. Y como en otras grandes obras, fue el Ayuntamiento el que tuvo que poner el dinero para su construcción, cuando en numerosas ciudades del litoral era Costas la que pagaba estos proyectos. Aquí gastamos el dinero del rescate del puente Carranza, que también lo pagamos los gaditanos.
De todo ello han pasado más de treinta años. Y se nota.
Por muchas obras de mantenimiento que se hagan (el Ayuntamiento ha iniciado ya, mucho antes que otras temporadas, los trabajos de retoque de pintura de las balaustradas y de las farolas de cara al verano), por muchas reformas que se introduzcan (rapas de acceso, farolas con un diseño más acorde con el entorno, eliminación de barreras arquitectónicas...), estas tres décadas dejan ya su huella.
Es evidente que es necesaria una obra de remozamiento intensa y amplia. Tanto desde el Hotel Playa hasta Cortadura, como desde el Playa hasta el cementerio, donde termina la obra ejecutada en los años ochenta. Desde ahí hasta la muralla de San Roque, el diseño es aún más decadente, impropio de una ciudad que tiene en sus playas uno de sus grandes tesoros.
La construcción del carril bici, que atraviesa los más de tres kilómetros de Paseo, de punta a punta de extramuros, tendría que haber sido la oportunidad ideal para afrontar este proyecto renovador.
Por el contrario, con el carril bici casi terminado, el Paseo se ha transformado en tres son. El original, el renovado con la llegada de la bicicleta y el acerado a pie de los edificios. Todo ello queda ahora integrado en una única plataforma, sin posibilidad de ruptura visual, dando imagen de un paseo a trozos, a lo que tampoco ayuda la permanencia de las viejas farolas, con báculos metálicos con un diseño impropio para este tipo de arterias.
Desde el Ayuntamiento se asume que el Paseo Marítimo "necesita una repensada". Lo afirma el teniente de alcalde de Urbanismo y Movilidad Urbana, Martín Vila, que en todo caso valora como muy positivo el avance que en su modernización se ha dado con la construcción de la plataforma para las bicicletas, que a la vez ha incrementado de forma notable el espacio peatonal.
"El Paseo se diseñó hace más de treinta años, por lo que es necesaria su renovación. Lo malo es que no se aprovechó, por parte del Ayuntamiento del PP, la época de vacas gordas para afrontar esta operación. Entonces sí se apostaron por proyectos megalómanos en lugar de actuaciones de mejora de los espacios públicos", lamenta el edil que, a la vez, afirma que "nosotros somos de otra pasta. Damos mayor énfasis a planes para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, aunque sean en obras no tan vistosas".
Martín Vila considera que el carril bici ha ayudado a mejorar el espacio público, en especial en todo el Paseo Marítimo, tanto en el tramo que se ha peatonalizado como en la zona de la playa de Santa María del Mar, donde el acerado ha duplicado su superficie en beneficio del peatón.
"Es nuestro modelo de ciudad y como tal al mismo destinamos los recursos públicos disponibles, que con la enorme deuda que recibimos como herencia del PP son muy limitados", impidiendo actuaciones más amplias.
En todo caso, la renovación del acerado a pie de los edificios, con aceras que en muchos tramos apenas tienen un ancho de un metro, no hubiera supuesto un coste disparatado, tal vez asumible por la propia Junta, que financia esta parte del carril bici, mejorando la imagen del conjunto.
Pendiente de contar con financiación y de ver qué cambios son necesarios para renovar el Paseo, el Ayuntamiento está acometiendo una serie de obras en el mismo para mejorar especialmente la accesibilidad, instalando rampas allí donde había escalones. Igualmente, tras el otoño se proyecta una renovación de las viejas farolas, instalando a la vez el alumbrado led, más potente y con menor consumo. La escasa iluminación, especialmente tras dejarse sin servicio los báculos de los focos que se dirigían a la zona de arena, es una de las principales reclamaciones de los hosteleros y de muchos viandantes.
En estos días, el Ayuntamiento ha comenzado los trabajos de mantenimiento de la balaustrada y de las farolas, pintando y eliminando los óxidos. Lo cierto es que hacía años que esta operación no se iniciaba con tanta antelación, hasta el punto que en los últimos años del gobierno del PP y en el inicio de la actual etapa se realizaban labores de pintura en plena temporada de verano.
El Ayuntamiento también analizará, una vez esté en uso todo el carril bici, algunos cambios urbanísticos en determinadas calles transversales. Hay que tener en cuenta que en unas semanas el Paseo entre el Hotel Playa y Cortadura sólo podrá ser utilizado por vehículos de emergencia, limpieza y los que accedan a los escasos garajes que hay en esta vía.
En la zona de Santa María del Mar se está sustituyendo la balaustrada de piedra y ladrillo por otra acristalada de mayor altura. La intención es seguir con este cambio a lo largo de todo este paseo, hasta llegar al cementerio.
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