Polémica en Cádiz con las terrazas de los bares

La Palma, la gota que colma el vaso de la hostelería

  • Antonio de María asegura que hay un buen número de asuntos pendientes con Urbanismo

  • Denuncia que los hosteleros “no tenemos seguridad jurídica con las terrazas”

Imagen de la calle de La Palma, en Cádiz.

Imagen de la calle de La Palma, en Cádiz. / D. C.

Un buen número de asuntos pendientes de abordar o cerrar, algunos incluso desde tiempos de Teófila Martínez como alcaldesa. 69 peticiones de autorización de terrazas sin contestar aún. Y todo un rosario de conflictos y choques con el área de Urbanismo son los antecedentes de la polémica generada en torno a la calle de La Palma y su actividad hostelera, que ha supuesto “el punto máximo” del hartazgo de los hosteleros, la gota que ha colmado el vaso de este sector.

El presidente de Horeca, Antonio de María, asegura que son muchos los episodios en los que se sienten “indefensos” ante la delegación municipal de Urbanismo. Hasta tal punto, que considera que los hosteleros “no tenemos seguridad jurídica con las terrazas” ante las decisiones municipales que dice responden a criterios particulares y no a lo que fija las normas actualmente en vigor. Esto es lo que ocurre, a juicio de la patronal, en la Viña, y es lo que ha venido ocurriendo en los últimos tiempos en distintos puntos de la ciudad.

Cita Antonio de María el problema surgido con los empresarios de Fernández Ladreda, “que no les dejan poner las mesas pese a que fueron ellos los que pagaron las obras para ampliar la acera con ese acuerdo, y ahora les autorizan las mesas pero por la parte de atrás (la plaza Escritor Ramón Solís)”. Recuerda cómo en el verano de 2020 “la Policía Local quiso retirar las mesas un sábado de agosto a las ocho de la tarde porque no tenían permiso, y no lo tenían porque el Ayuntamiento no lo había tramitado aún”. O denuncia cómo un empresario recibe una comunicación respecto al número de mesas fijado por Urbanismo con una nota que considera amenazante: “O usted acepta en el plazo de cinco días, o se entenderá que no le interesa la terraza”.

“De cuestiones como estas tenemos un dossier amplio que estamos a la espera de abordar con Urbanismo”, ha asegurado De María, quien ha comentado alguna de esas cuestiones pendientes de resolver. Por ejemplo, eliminar los alcorques con bordillos elevados de la plaza de San Juan de Dios o Plaza de San Francisco, “que se propuso en 2016 incluso pagar la obra” para que el Ayuntamiento se ahorrara la inversión, suprimiendo así lo que Horeca considera también barreras arquitectónicas. O la instalación de toldos perforados en puntos como la calle Virgen de la Palma, los alrededores del Mercado Central o la calle Plocia para facilitar la sombra y eliminar las sombrillas; toldos cuya adquisición e instalación asumirían los propios hosteleros. “Esto último lo propusimos en tiempos de Teófila Martínez y todavía seguimos a la espera”, ha afirmado Antonio de María, que no esconde su deseo de que lo ocurrido y lo que está por ocurrir en la calle de La Palma “suponga un antes y un después” en la relación entre Urbanismo y los hosteleros de la ciudad.

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