Cádiz

Nuevos descubrimientos arquitectónicos en la casa más antigua de Cádiz

La ménsula localizada en el patio de la finca de Barrocal.

La ménsula localizada en el patio de la finca de Barrocal. / D.C.

La finca de Barrocal 13, la única que permanece cerrada en una zona de la ciudad que ha experimentado una profunda remodelación en el resto de los edificios que la conforman, saca a la luz nuevos elementos arquitectónicos que demuestran su relevancia en el Cádiz del siglo XVI y que la afianzan como una de las casas más antiguas de la ciudad que permanecen en pie.

Francisco Sánchez Macías, investigador de la historia de Cádiz, ha ampliado los datos sobre la existencia de este edificio y su relación con la familia de Nuño de Villavicencio, una de las más relevantes en la ciudad en la segunda mitad del siglo XVI, al que le seguiría su hijo Diego, rico potentado que llegaría a poseer fincas, viñas, salinas y bodegas, entre Cádiz, Jerez y La Isla.

Ahora releva la existencia de una ménsula situada en el patio interior del inmueble, lo que refuerza su valor histórico, ya reflejado en la fachada del propio edificio, con elementos como los balcones enrejados y las tejas en la azotea propia de las casas gaditanas del medievo.

Además, la finca que aún sigue en pie, y propiedad de la Junta de Andalucía, es vecina de los importantes restos que de una vivienda almohade se localizaron durante las obras de construcción de un edificio en Barrocal 9 y 11, a finales de 2018. En este caso se encontraron varias estancias en relativo buen estado así como material cerámico del siglo XIII. A pesar de la predisposición de la promotora inmobiliaria de llegar a un acuerdo con la administración sobre el destino del solar, la Junta optó por estudiar los restos y ocultarlos, en lugar de propiciar su exposición pública a pesar de los escasos restos que hay de esta etapa de la ciudad.

Por ello, la continuidad de Barrocal 13 es, a priori, tan importante.

Destaca Francisco Sánchez Macías la relevancia de Nuño de Villavicencia y Negrón, capitán de infantería y regidor. Él y su hijo Francisco fueron defensores de la ciudad durante el asalto angloholandés de 1596.

La investigación le ha llevado a determinar que esta familia residió en este inmueble durante la segunda mitad del siglo XVI y comienzos del XVII, aunque no hay una fecha concreta de la construcción del edificio. La familia era propietaria de varias casas en los entonces arrabales de Santiago y Santa María, hasta el punto de donar al convento ubicado en este último lugar una finca para que sirviera de casa-celda de sus hijas Beatriz y Francisca. Esta última, resalta Sánchez Macías, llegó a ser abadesa del convento Concepcionista "e iniciadora de su reedificación tras el asalto inglés". 

Este convento está inmerso actualmente en un proceso de rehabilitación parcial auspiciado por una asociación ciudadana.

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