Francisco José Rosado Rodríguez, Paco Rosado, ha muerto. Uno de los grandes de la fiesta, un hombre imprescindible en la historia del Carnaval de Cádiz, ha fallecido este 28 de diciembre en el hospital Puerta del Mar a los 73 años de edad. Rosado llevaba unos días ingresado en el centro gaditano aquejado de una neumonía bilateral causada por el covid pero esta tarde ha sufrido un infarto y pese a los esfuerzos de los facultativos no se ha podido hacer nada por salvarle la vida.

Tras empezar a correr el rumor este medio se ha puesto en contacto con personal sanitario del hospital que ha confirmado un suceso que ha dejado en shock a toda la ciudad. Paco Rosado sufría un hematoma retroperitoneal y ahora se investiga si esto ha sido decisivo para que no se haya podido hacer nada para sacarlo de la parada, a pesar de todos los esfuerzos sanitarios.

Sus inicios en el Carnaval fueron en comparsas con 'Los tulipanes negros', en 1969, de Antonio Clavaín y José Moreno, grupo en el que entró dos días antes del debut en el Falla, teniéndose que aprender el repertorio a la carrera. Luego salió en una de las más celebradas comparsas de Antonio Martín, 'Los aventureros', primer premio de 1972. En ambas demostró sus cualidades vocales, pues estaba dotado de una preciosa y melódica voz.

Pero su mayor aportación a la fiesta se hizo esperar. En 1982, junto a su hermano Emilio y José Manuel Gómez, que venían de destacar como letristas de los coros de Los Dedócratas, montaron 'Los cruzados mágicos' para revolucionar así la modalidad de chirigotas y dotarla de un mayor refinamiento. Sus músicas y letras de pasodobles, el humor de Emilio y El Gómez y el compás del cuplé de 'Caracol' formaron un cóctel delicioso rematado por el popurrí, historia del Carnaval, donde se contaban las peripecias playeras de Don Romualdo. La chirigota se destacó también por su presencia en la calle durante el Carnaval, llevando por delante a toda la familia disfrazada. No era habitual esta manera de proceder entre las agrupaciones oficiales. 

A esta chirigota le siguieron 'Los cegatos con botas' (1983), 'Los llaveros solitarios' (1984), 'Los carreros de la Alianza' (1985) y 'Los cubatas' (1986), que se quedó inexplicablemente fuera de la final y se convirtió en uno de los más grandes cajonazos del Concurso del Falla. En 1987 deciden descansar para sacar la chirigota familiar y callejera 'Los martirios chinos', volviendo al Falla para despedirse en 1988 con 'Los conquistadores de la trastienda de Casa Crespo', tercer premio.

Poco después, Paco Rosado, tras jubilarse en Astilleros, montó la taberna La Copla, en la calle Marqués de Valdeiñigo, que pronto se convirtió en un lugar de encuentro obligado para los carnavaleros. Allí se gestó su vuelta a la fiesta con la comparsa 'El bache', en 1993 junto a su gran amigo Luis Ripoll. Fue una agrupación que caló mucho entre la afición por su sencillez y, a la vez, calidad. Segundo premio por detrás de 'Los miserables' de Martínez Ares. 

Tras 'El bache' monta varias agrupaciones callejeras, pero no pierde de vista el Concurso haciendo la música a muchos conjuntos. Si antes había colaborado con la comparsa infantil de la peña Nuestra Andalucía, a mediados de los 90 lo hace con coros de Los Dedócratas o la propia chirigota de 'Yuyu', a la que pone música de 1994 a 1997 en 'Antología de la Zarzuela', 'Los últimos en enterarse', 'Los bordes del área' y 'De plaza en plaza'. Compuso igualmente para el grupo del 'Petra' y Manolo Santander en 1994 para 'Los muertos del Carnaval' y en 1995 para 'Los duros de mollera'. Asimismo fue músico de comparsas dirigidas por Pepe El Caja como 'Paco, baja aunque sea en pijama', de Cárdenas y Peñalver, quinto premio. 

Tras la llegada de José María González 'Kichi' a la Alcaldía se le llegó a ofrecer que fuera pregonero de nuestra fiesta, honor que Paco declinó por entender que no era el momento.

Siempre sincero en sus apreciaciones, algo que le causó más de un disgusto, durante años fue articulista de este diario, y en los últimos años siempre dejaba muestra de sus opiniones a través de las redes sociales, donde era muy activo. Incluso tuvo tiempo de bromear con su hospitalización hace unos días publicando esta frase: "Sería interesante ir gestionando mi calle. Que luego vienen las prisas". Y difundió una foto suya en la habitación del hospital mostrando un cartel en el que podía leerse una defensa de la sanidad pública. Fue además varios años comentarista de las retransmisiones de Onda Cádiz en televisión y radio, destacando por esa franqueza que le granjeó varios enemigos y que, por contra, tanto gustaba a quienes pedían que se mojara en las valoraciones de los grupos que pasaban por el escenario del Falla.

Estaba casado con Conchi Villegas, hija del gran autor Enrique Villegas, con la que tuvo dos hijos: Celso y Altea. Este miércoles su cuerpo será conducido desde el Tanatorio Virgen del Rosario hacia el Tanatorio de Puerto Real, donde se le brindará el último adiós a las 16.00 horas. Descanse en paz.