Cádiz

Misión policial (casi) imposible

  • Tres gaditanos cuentan cómo se enfrentan a las oposiciones para entrar en el Cuerpo Nacional de Policía Interior sólo oferta 140 plazas en toda España para miles de aspirantes

140 plazas para decenas de miles de aspirantes. Entrar este año en el Cuerpo Nacional de Policía parece misión imposible. Hoy finaliza el plazo para presentar la documentación e intentar vestir el uniforme azul que persigue a los malos. En las academias de Cádiz ya han empezado a acelerar el ritmo de cara a los exámenes teóricos, físicos y psicotécnicos. El esfuerzo merece la pena si se consigue el objetivo: un trabajo para toda la vida.

Sin embargo, esa no es la motivación de Manuel Alejandro Macías, camarero, que acude a su quinta convocatoria, reconoce, con pocas esperanzas. "La primera vez que me presenté se ofertaban 5.000 plazas y no estudié; así que ahora que sólo hay 140, por mucho que estudie y por mucho que me sepa el temario al dedillo... para sacar una de esas plazas hay que ser ingeniero", bromea. Ha estado muy cerca de estar dentro. En una de la convocatorias se quedó fuera por una décima en el psicotécnico. Ahora todo va a ser mucho más difícil: "No le veo color. Es muy complicado no ya porque haya pocas plazas, sino con mi trabajo, que son muchas horas, y estudiando a la vez no terminas de avanzar". Insiste porque lo suyo es vocacional, "si no lo fuera ya me podría haber presentado a otra cosa. Pero no me interesa la Local, que depende mucho de la política, aunque se gane más dinero, lo que veo muy injusto, ni la Guardia Civil, que trabaja en pequeños pueblos. Prefiero la Nacional porque está en grandes ciudades".

No mucho más fácil lo tiene Josefa Barrocal, militar de la Marina y que tiene a una niña de seis años. Josefa llegó hasta la ESO y ahora se enfrenta a un temario voluminoso. Aún así, se está machacando para lograrlo "porque siendo madre es difícil compaginar la vida en la marina, donde te tienes que embarcar y pasar tiempo fuera. Y es cierto que te ponen facilidades para compaginar la vida familiar y embarcarte menos. pero si no te embarcas, ¿qué gracia tiene la Marina?". Su marido, también militar, va a probar suerte con ella. "Nos animamos el uno al otro. Es un trabajo que a los dos nos apasiona".

Rosario Lojo se ve "apatrullando la ciudad, que hay gente muy mala por ahí", dice entre risas. Rosario adquirió cierta popularidad nacional en un programa televisivo después de presentarse por primera vez a las oposiciones y sacar adelante el teórico. Ahora, tras el paréntesis de la farándula, vuelve a intentarlo con muchas menos plazas. "Y, claro, es mucho más difícil, soy realista, pero yo voy con muchas ganas". Cuenta con estudios de Turismo y habla dos idiomas, pero sabe que eso le servirá de muy poco si no lleva una buena preparación física: "Fue donde me tumbaron la última vez. Son unas pruebas duras y este año lo serán más. En aquella ocasión hice mal un salto". Rosario tiene claro que necesita un trabajo de acción, aunque tenga poco que ver con sus estudios. "Lo que no agaunto es estar todo el día sentada en un despacho".

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