Macaco desembarca en la playa Victoria

"Ninguna idea es tan importante como la necesidad de compartirla: comunicación". Con esta cita comienza Mensajes del agua, el último videoclip de Macaco. Y es que el cantante es uno de esos artistas con la necesidad de comunicar como única salida al mundo y a la libertad, un "marinero de naturaleza", dice, que arribará esta noche a la playa Victoria para presentar su último trabajo Puerto Presente.

-Son ya unos cuantos los años que Macaco lleva sobre el escenario. ¿Qué queda de aquel mono que tocaba en las Ramblas de Barcelona?

-Estuve muchos años trabajando en la calle, pero mi carrera discográfica tiene diez años. Lo que ha cambiado es que ahora tengo mucha más responsabilidad. Hay un equipo en mi pequeño sello, Mundo Zurdo, igual de veinte personas, que dependen de mí. Pero el motor sigue siendo el mismo: la ilusión. Y sin ilusión no habría nada. Puede sonar a tópico pero es lo que hay. La ilusión, la inspiración, la imaginación son los mismos motores que al principio. Al final son el motor y la gasolina que hacen que tires para adelante.

-Muchos artistas comenzaron tocando en las Ramblas. ¿Hoy sería posible otro Mono Loco en la ciudad Condal?

-Está jodido. Es una contradicción porque, a veces, hablan mucho de la interculturalidad y todo esto pero parece que quieran más un anuncio de United Colours of Benetton que una realidad. Entiendo que alguien tiene que medir hasta qué hora, pero todo esto corta que hayan cosas nuevas, que la gente se junte y aparezcan las fusiones y los mestizajes reales y naturales.

-De norte a sur. No es la primera vez que viene a Cádiz. ¿Son todos los públicos iguales?

-Tengo la gran suerte de que la gente siempre es muy cariñosa conmigo. Yo creo que depende de la propuesta y la onda que llevas. Cádiz es un sitio al que le tengo mucho cariño. Tengo muchos hermanitos allí. Muchos colegas. La gente de allí tiene una coña muy potente. En medio de las canciones se ponen todos de acuerdo para cualquier cosa y te descojonas. En una ocasión hicieron cantar hasta al técnico de monitores que estaba en una esquina. La gente empezó a gritar ¡Qué cante el de las gafas! Con la gente de Cádiz siempre he tenido mucho feedback. Mucha conexión.

-El concierto será en la playa. ¿Sobre qué escenario se siente más cómodo?

-Yo soy un todo terreno. El público de Macaco es súper amplio. Te encuentras a gente de todas las edades y de todas las pintas. Te puedes encontrar desde un chica con rastas a una niña de diez años o un chico vestido con camisa y un señor mayor. Puedo tocar en el festival más World Music o en un anfiteatro. Sí que es verdad que la playa es un sitio muy chulo para mí porque soy muy marinero. Muy de mar de naturaleza. Macaco es muy para bailar o para saltar. En un concierto de Macaco pueden pasar muchas cosas.

-¿Como qué?

-Hay nueve músicos en el escenario. Sumando los técnicos hay dieciséis personas. Vamos con una pantalla enorme en la que hay visuales que acompañan. Momentos de interacción entre músicos que aparecen en la pantalla con un músico del escenario. Entra por el oído, por la vista y por la piel. Aunque el peso fuerte del concierto son las canciones en sí. En las canciones de Macaco hay muchos himnos.

-¿Más raíces o más antenas?

-Todo mezcladito pero en su sitio. Lo importante es el equilibrio. Las antenas para mí son la parte más electrónicas, el dj que hace los efectos, los teclados más modernos y digitales. Pero también estarán las raíces, la percusión, la batería, las voces, la tierra y la rumba. Lo que te dice qué necesita más de una cosa u otra es la propia canción. Ahí está el equilibrio. Yo no sé si hago buenas canciones pero es lo que intento. Más allá de poner estilos, raíces o antenas, mi termómetro es la canción. Yo voy a por la canción aquella de estribillo estrofa. Sencilla que no simplista.