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IX Congreso Internacional de la Lengua Española

La lengua en el Carnaval de Cádiz o ‘el algo más’ de la palabra

Uno de los carteles del colegio San Rafael por el Congreso de la Lengua que recoge la palabra enchampelao, muy utilizada en Carnaval. Uno de los carteles del colegio San Rafael por el Congreso de la Lengua que recoge la palabra enchampelao, muy utilizada en Carnaval.

Uno de los carteles del colegio San Rafael por el Congreso de la Lengua que recoge la palabra enchampelao, muy utilizada en Carnaval.

Fueraparte del debate sobre las inconveniencias que provoca a otras manifestaciones culturales de la ciudad su capacidad totalizadora, el Carnaval, el Carnaval de Cádiz, es pura celebración, puro altar, pura orgía de la palabra. Reflejo de la Cádiz de cada momento histórico, el Carnaval, claro está, también refleja cómo ha hablado el gaditano a lo largo del tiempo. Palabras desaparecidas, arcaísmos, nombres de un callejero que no existe están custodiadas por la tinta indeleble de las letras de agrupaciones inmortales. Y algo más...

Y es que los repertorios y el sistema solar que orbita alrededor de la fiesta han generado con el paso de los años significados nuevos para viejas palabras, vocablos completamente originales, trabalenguas que se enredan en el habla popular y hasta adjetivos que provienen de antropónimos (nombres propios) de la fiesta. Mucho le ha dado el Carnaval a la lengua –que no más que la lengua al Carnaval, obvio, pues sin ella no existiría–, y mucho le da cada año, haciendo sentir orgulloso al gaditano de que su fiesta grande (esa que tienen todos los pueblos y ciudades de este país) es la fiesta del lápiz, el papel, el compás y el ingenio. El carnaval y su Concurso de Coplas. Batalla encarnizada de letras. El Carnaval y sus repertorios callejeros. Letras ebrias, despeinadas y geniales.

Del binomio lengua y deslenguado Carnaval, a horas de la inauguración del IX Congreso Internacional de la Lengua, hay mucho que largar pero como no hay nada que alimente más la retentiva que los ejemplos, le hemos pegado el sablaso al periodista, carnavalero e investigador Javier Osuna para que nos chive algunas de las palabras del diccionario carnavalero que al gaditano le parecen más curiosas.

Comienza Osuna con algunos arcaísmos. Palabras que antiguamente estaban en la boca de nuestros carnavaleros y que con el paso de los años se han perdido y que sería bonito recuperar. Atacante es con la que Javi Osuna nos seduce a la primera. “Dícese de aquella letra concebida para sacar dinero y ser interpretada, ex profeso, delante de la persona adinerada”. Después de leernos, muy serio, su propia definición, Osuna golpea nudillos en la mesa y haciéndose compás comienza a improvisar un pie Buenos días tenga doña (dice el nombre de la periodista) venimos a cantarle a usted... “Yo te cantaría esta letra, este pasodoble atacante, y tú tendrías que sacar la cartera..., pero es que este mismo pasodoble cambiándole el nombre del principio, se lo volveríamos a cantar a otro que viéramos con posibilidades”, explica. Cadi. Fenicio,io, fenicio...

El experto nos enseña que atacante es un pasodoble sacacuartos, pero también que redoblante era la voz que antiguamente definía a la caja, que tambora era la calificaba al bombo, y que tajalines eran las correas que lo sujetaban.

Nos recuerda que además del punta (los dos extremos de la primera fila de una agrupación) también existe el traspunta (el lugar que ocupa el comparsista en el extremo de la segunda fila, tras el punta, vamos). “Aunque realmente esa posición preponderante que tiene hoy el punta se la dio Paco Alba, que reconoció inmediatamente ese lugar como un sitio estratégico. También Julio Pardo lo hizo para los coros, de hecho siempre les recomendaba a los dos puntas que en el escenario se miraran”, explica.

También de Paco Alba nos regala Osuna una expresión, segundeta del bache la Palma, con la que el Brujo calificaba, con gran sorna, “a aquellas voces barítonas o segundas de baja calidad y aguardentosas”. A la vez que nos recuerda otra viva en el tiempo, ese mascar letra que nos ha regalado el microcosmos carnavalero.

El periodista de Canal Sur menciona, por supuesto, a los propios términos de chirigota y comparsa, que en el Carnaval de Cádiz definen a dos modalidades concretas de agrupaciones aunque ambos vocablos tengan sentidos más amplios en el resto de España donde, por cierto, tiran confeti (“por el origen de tirar caramelos”) mientras que en Cádiz tiramos papelillos. “Queda atestiguado, además, en la prensa que la costumbre gaditana de su uso se irradió a otras capitales”, certifica.

Además, precisa que la palabra cajonazo (una agrupación no premiada de la que se esperaba un triunfo absoluto) no es, como erróneamente se cree, obra de el Quini “sino que la usó por primera vez Cañamaque en el libreto de su coro ‘Los pamplis’ de 1935”.

El coro también nos deja trascó (tras (el) coro), “que es la parte trasera de la carroza, donde se situaban las mejores voces, y que derivó en la expresión popular que te den por el trascó; y el propio Carnaval nos brinda el tipo, que no es sólo el disfraz, “también el carácter y el desarrollo de una idea”. El disfraz y algo más... La palabra ingeniosa, y algo más. La construcción graciosa, y algo más. Un relámpago. Unas cosquillas. Carnaval de Cádiz. Cádiz. Sin más.

Las palabras seleccionadas por Javier Osuna

  • Atacante: Dícese de aquella letra concebida para sacar dinero y ser interpretada, ex profeso, delante de la persona adinerada. La construcción de la letra (el pasodoble atacante) y la forma gestual de decirla, buscaban el propósito descrito; hasta el punto de improvisar en la copla, incluso el nombre de la persona a la que iba dirigida.
  • Cajonazo: Dicho de una agrupación no premiada y de la que se esperaba un triunfo absoluto. Expresión atribuida erróneamente a Joaquín Fernández Garaboa el Quini, sin embargo, usada por primera vez por Manuel López Cañamaque en el libreto de su coro 'Los pamplis' de 1935.
  • Comparsa: En origen, y durante todos los carnavales del siglo XIX y parte de los del XX, era denominado así cualquier grupo de personas disfrazadas, como sinónimo de mascarada. En los años 60 se recuperó la denominación (entonces en desuso) para designar al modelo de chirigota que Paco Alba había puesto de moda, con una mayor afinación, más cuidada musicalidad y voces más armonizadas. Nació una nueva modalidad y se recuperó un término arcaico.
  • Chirigota: Hoy define a las primitivas murgas. Curiosamente, según Adolfo de Castro, en su Diccionario de voces gaditanas de 1857 es una voz de origen cubano. Antiguamente se usaba el término como sinónimo de chiste.
  • Cuarteta: Cada uno de los fragmentos de las canciones que componen un popurrí. El popurrí es una forma musical, presente en el Carnaval desde el siglo XIX, que solía agrupar a canciones de zarzuelas. El Tío de la Tiza lo usó por primera vez en 1891 con su coro 'Sucursal del zoco'.
  • Engarzar: Enlazar las cuartetas en función de la tonalidad de ambas y de los acordes. Se requiere una especial habilidad y sensibilidad, además de un gran oído, para la armonización y unión de la música saliente con la entrante. En algunos reglamentos llegó a valorarse la calidad del engarce.
  • Limosnera: Colador con el que el postulante recoge la postulación o voluntad.
  • Mascar letras: Evidenciar que no se sabe bien el repertorio. Un comparsista masca letras lo es cuando falla en la memorización de las coplas.
  • Murga: Reunión de músicos esperpénticos y bufos, ligados al teatro, que en Cádiz tuvieron predicamento en el siglo XIX. Curiosamente, Cádiz contaba con una calle llamada 'Cuesta de la murga', que unía en ambos extremos los teatros Principal y Cómico. La primera murga conocida salió en 1902 y fue 'La murga del siglo XX', que luego recorrió toda España.
  • Papelillos: En otra zonas de España son denominados confetis, por el origen de arrojar caramelos. Trocitos de papel picados de diversos colores y variados que se lanzan las personas unas a otras. La costumbre del uso de los papelillos, irradió de Cádiz a otras capitales, según lo atestigua la prensa.
  • Pasacalle: Ritmo característico con el que la murga desfilaba, danzante y gesticulando, con la caja y el bombo.
  • Punta: Comparsista que ocupa la posición delantera, en uno de los dos extremos de la formación. Es un lugar estratégico, al que Paco Alba le concedió mucha importancia.
  • Redoblante: Voz que antiguamente definía a la caja.
  • Segundeta del bache la Palma: Expresión cómica con la que Paco Alba se refería a aquellas voces barítonas o segundas, de baja calidad y aguardentosas.
  • Tajalines: Correas que sujetan al bombo.
  • Tambora: Voz que antiguamente definía al bombo.
  • Tipo: El disfraz y el carácter y desarrollo de una idea determinada.
  • Tira: Pliego de cordel en el que se imprimían las coplas de las comparsas del siglo XIX.
  • Trascó: De tras (el) coro. Parte trasera de la carroza, donde solían situarse las mejores voces. La expresión saltó al habla coloquial de la calle que te den por el trascó.
  • Traspunta: Posición que ocupa el comparsista en el extremo de la segunda fila, tras el punta.

El Carnaval en la programación oficial del Congreso de la Lengua

El 30 de marzo, dentro de la programación oficial del IX Congreso Internacional de la Lengua Española, se hablará de Carnaval y literatura, en un panel presidido por el escritor Luis Mateo Díez, coordinado por Luis Gómez Canseco, y que cuenta con la participación de Miguel Ángel García Argüez, James Iffland, Fernando Iwasaki y Ana López Segovia. Tendrá lugar a las 13.00 horas en el Aula Magna de la Facultad de Medicina. Además, ese mismo día, y en ese mismo espacio, a las 16.15 horas se celebrará la mesa La creatividad lingüística y literaria de los carnavales presidida por el rector de la UCA, Francisco Piniella, coordinada por Alberto Ramos Santana y participada por Susana Ginesta, José Guerrero Roldán Yuyu y David Medina Tamayo.

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