Cádiz

Fútbol y televisión: el increíble ascenso de un estado minúsculo

  • Al Jazeera, el Mundial, Xavi y las inversiones en el exterior son un modo de política de defensa

El embajador de Qatar con la corporación de León tras haber invertido el emirato en el equipo de la ciudad.

El embajador de Qatar con la corporación de León tras haber invertido el emirato en el equipo de la ciudad.

En comparación con sus potentes vecinos, Qatar es un país minúsculo. En los años 90, de hecho, era un Estado insignificante, un paria. Sabía que bajo su suelo había un tesoro, pero no sabía ni cómo extraerlo ni cómo transportarlo. El tesoro de ese subsuelo se llamaba gas. Las multinacionales Exxon y Total adquirieron la tecnología a en la última década del siglo XX para convertir ese gas en oro. Y el pequeño Qatar se convirtió, casi de la noche a la mañana, en uno de los países más ricos del mundo, con una renta per capita que se aproxima a los 50.000 euros por habitante si formas parte del pequeño núcleo de medio millón de catarís puros.

La historia de Qatar es alucinante en su modo de cómo gestionar esa riqueza, de cómo posicionarse en el mundo. Porque no tenían el potencial ni el territorio ni la población para crear un gran ejército, ni tenía sentido generar armas disuasorias como sus vecinos iraníes. Los catarís se inventaron algo mejor: Al Jazeera. "Al Jazeera es el mejor arma atómica disuasoria de nuestro país", reconoce el embajador Al Kuwari. Mirándose en la CNN, desde Doha se creó una emisora de televisión de noticias de 24 horas para el mundo árabe. Al mismo tiempo, Qatar se convertía en un país árabe occidentalizado, fue el primero en dar voto a las mujeres, en abrir sus universidades a corrientes de pensamiento europeo... En poco tiempo, desde Qatar se influía como nadie en el pensamiento del mundo árabe, lo que podía servir para la primavera árabe de 2011 o para observar el fenómeno yihadista de otra manera. Para Israel, más que Hamás, Al Jazeera empezó a ser el principal enemigo. pero no sólo para Israel.

La contestación de sus vecinos gigantes a la enorme influencia que el pequeño Estado iba tomando fue señalarlo como uno de los financiadores del terrorismo internacional, por lo que Emiratos Árabes, Arabia Saudí y Egipto le declararon una guerra económica. Bloqueo. Fuera o no fuera cierta la acusación, que Arabia Saudí hiciera esta acusación no dejaba de ser gracioso cuando la partida de nacimiento de Al Qaeda, el padre del ISIS y del terrorismo yihadista moderno, era saudí.

El siguiente paso de Qatar en su estrategia de defensa, "soft power", como lo define el embajador, fue mucho más sorprendente. El segundo 'enriquecimiento de uranio' de Qatar fue el fútbol. Se hizo, de una manera sospechosa, con la organización del Mundial de Fútbol de 2022, que por primera vez se celebrará en invierno; contrató a Xavi , la estrella de la campeona del mundo de Sudáfrica, para que participara en su diseño, y Xavi, a su vez, contrató al icónico jugador colchonero Gabi; se instaló en las camisetas del Barça de Guardiola desplazando a Unicef; compró el París St Germain e hizo que el equipo parisino comprara a Neymar; y, por último, creó Bein Sports y se hizo con los derechos televisivos del mejor fútbol del mundo, incluida la Liga española.

Desde 2011 no ha parado de invertir en España y buena parte de los ingenieros que trabajan allí, en lo que Xavi ha definido como la construcción de un país, son españoles. Qatar se ha inventado una nueva forma de política defensiva.

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