Otra novia que se le escapa a Puerto América. Otra novia que se le puede escapar a la ciudad. El Grupo Santa Clara Quality ha tanteado la posibilidad de abrir en el emblemático edificio Ciudad del Mar una residencia de ancianos, pero la burocracia, la propia Ley de Puertos y la falta de entendimiento entre las tres administraciones implicadas (Ayuntamiento, Junta de Andalucía y Autoridad Portuaria) han obligado a esta empresa andaluza con sede en Camas (Sevilla) a desistir en el intento.

Santa Clara Quality ya cuenta con un centro de día en Cádiz capital y otro en El Puerto de Santa María llamado La Torre, que sí incluye la posibilidad de ofrecer alojamiento a sus pacientes. Es tanto la Ley de Costas como la de Puertos la que dicen clarísimamente que el uso residencial y habitacional está prohibido en dominio público portuario, lo que impide la instalación en el edificio Ciudad del Mar, ubicado en pleno corazón de Puerto América, en suelo portuario, de un establecimiento que incluya la pernoctación, ya sea a modo de hotel o bien, como es el caso que requiere Santa Clara, a modo de residencia de ancianos con habitaciones o incluso con apartamentos.

La instalación allí de cualquier centro residencial requeriría la modificación previa del uso de ese suelo para que pasara a admitir esa nueva finalidad. Y eso sólo sería posible con la intervención directa del Consejo de Ministros. Y en eso consistió precisamente la advertencia realizada por parte de la Autoridad Portuaria.

Es decir, que para que Santa Clara pudiera abrir allí su residencia de ancianos sería necesario que el Ayuntamiento de Cádiz renunciara a la concesión que tiene a día de hoy, hasta 2015, sobre el edificio Ciudad del Mar, o bien que renunciara únicamente a la parte que necesita la firma con sede en Sevilla. Y una vez superado ese trámite, tendría que ser el Gobierno el que diera permiso para cambiar su uso urbanístico.

Así, el responsable de expansión de Santa Clara Quality, Luis Triviño, ha intentado sin éxito conseguir para su empresa el edificio de Puerto América. Las grandes dimensiones del edificio le han impedido además solicitar exclusivamente espacio para la unidad de estancia diurna. La residencia hubiera completado los metros cuadrados que ofrece el inmueble. "Casi hemos tirado la toalla. Lo vemos imposible porque según nos cuentan en la Autoridad Portuaria el cambio de uso del suelo tendría que aprobarse en el Consejo de Ministros", comentó Triviño.

Mientras, Santa Clara sigue buscando en Cádiz un local de entre 400 y 600 metros cuadrados para crear nuevas instalaciones para ancianos que se sumen a la Unidad de Estancia Diurna que la firma ya tiene en la avenida Juan Carlos I, un local de 500 metros cuadrados donde ofrece diversos servicios como terapia ocupacional, fisioterapia, rehabilitación personalizada, atención sanitaria y control de enfermería, taller de Alzheimer, atención psicológica o manutención de desayuno, almuerzo y merienda. "Es complicado encontrar en la capital un lugar de estas características y cómodo para que las furgonetas adaptadas que transportan a los ancianos tengan fácil acceso y puedan estacionar", admitió Luis Triviño.