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Retrato de otra época

Dubois, tres generaciones al servicio de la fotografía

  • Su fundador, Eduardo Rodríguez Cabeza, fue fotógrafo oficial del rey Alfonso XIII

Escaparate de la tienda de fotografía Dubois en la calle Montañés, donde ha permanecido desde su fundación por Eduardo Rodríguez Cabeza, casi todo el siglo XX y comienzos del siglo XXI.

Escaparate de la tienda de fotografía Dubois en la calle Montañés, donde ha permanecido desde su fundación por Eduardo Rodríguez Cabeza, casi todo el siglo XX y comienzos del siglo XXI.

El conocido fotógrafo Eduardo Rodríguez Cabeza, popular en Cádiz como Dubois por su negocio, nació en 1884 en Sevilla, formándose en la Academia de Bellas Artes de Sevilla en dibujo y pintura, pero se especializó en la fotografía. Tras un periodo de formación en Madrid, se trasladó a Sevilla y montó un negocio de fotografías. Al local, desde el principio, le puso el nombre de Dubois, que lo adoptó en París, que era una madera que utilizaban los artistas de la época para tallar; como él siempre consideró su profesión como un arte, eligió ese nombre.

Por aquella época colaboraba con un gran número de periódicos nacionales e internacionales con sus escritos y reportajes de fotos. Tras un viaje de trabajo por la provincia de Cádiz, llega a la capital, se enamora de su luz y decide cambiar el lugar del negocio. Llega a Cádiz con su hijo José Rodríguez y, sobre mediados de los años veinte del siglo pasado, abre su negocio Dubois de fotografías en la calle San José. Tras un corto periodo de dos meses, se traslada a la calle Montañés 7, donde permanece el negocio hasta su clausura el 31 de diciembre de 2012.

Eduardo Rodríguez Cabeza, ante una de sus máquinas de fotografías en 1930, en su local de Dubois. Eduardo Rodríguez Cabeza, ante una de sus máquinas de fotografías en 1930, en su local de Dubois.

Eduardo Rodríguez Cabeza, ante una de sus máquinas de fotografías en 1930, en su local de Dubois.

Su fundador fue un vanguardista en el mundo de la fotografía. Coloreaba las fotos con pinturas al óleo y las retocaba con tinta china, como nos comenta su nieto Eduardo Rodríguez Domínguez. Fue fotógrafo oficial del rey Alfonso XIII. Inventó las fotos pulgas y el velograff. Hizo una exposición de fotografías benéfica en la calle Ancha con la autoridades e instituciones de la época, en el antiguo edificio del Rectorado, a beneficio de la prensa que en aquel momento estaba pasando un mal momento. Su fundador falleció en 1947.

Uno de sus hijos, José Rodríguez Cárcamo, siguió su trayectoria profesional en el negocio, durante 66 años, destacando por su trabajo y profesionalidad. Tras su fallecimiento, la tercera generación de la familia regentó el negocio con Eduardo y Charo Rodríguez Domínguez. El negocio cerró sus puertas en 2012 por jubilación de su último propietario, que ejerció su actividad profesional durante 53 años.

Llegó a tener más de 600.000 negativos de personas retratadas de varias generaciones. Fue el primer negocio de fotografías en Cádiz en revelar los carretes en una hora. El local disponía de una gran galería, a la que iba cambiado el decorado, y fue el escenario en el que se inmortalizaron muchas generaciones de gaditanos.

Dubois siempre estuvo presente en todos los acontecimientos gaditanos del siglo XX. Eduardo Rodríguez Domínguez, nieto del fundador, hoy en día posee el archivo de fotografías privado más importante de la vida gaditana del siglo XX. Entre 6.000 y 8.000 placas de cristal de 13x18 contiene su colección, de las cuales ya tiene 1.800 digitalizadas. Entre su fotos se puede ver la construcción de todos los edificios más representativos de Cádiz del siglo pasado, así como grandes reportajes de acontecimientos que pasaron como la huelga de mujeres de 1934, el entierro de Ramón de Carranza, las fiestas del Casino Gaditano de principios de siglo, los carnavales de Cádiz, la historia de los comienzos del Cádiz Club de Fútbol y la Semana Santa; todo ello y más plasmado en las fotografías. La ilusión de este heredero de Cádiz es que algún día una institución adquiriera este legado único en Cádiz.

Agradecimiento a Eduardo Rodríguez Domínguez.

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