Cádiz

Cronología de los problemas de las viviendas del Cerro del Moro de Cádiz: 32 años de vaivenes para reconstruir el barrio

Una vecina del Cerro del Moro en el balcón de su casa.

Una vecina del Cerro del Moro en el balcón de su casa. / MIguel Gómez

En 1990 comenzaban los planes para construir de nuevo el Cerro del Moro en Cádiz. Lo que en un primer momento se proyectó como un plan a 10 años vistas, se enterniza en el tiempo con una serie de vaivenes que obstaculizan la finalización de la séptima y octava fase. Aquí una pequeña cronología por los problemas por los que ha pasado el desarrollo del barrio.

  • En la década de los 90, el Ayuntamiento de Cádiz y los vecinos del Cerro del Moro se sentaron para hablar sobre el futuro del que era uno de los barrios más degradados de la ciudad. El efecto de la droga, la separación física que suponía las vías del tren y el carácter provisional de la barriada hizo que se planteara como necesario un plan muy ambicioso: derribar todas las casas y construir nuevos bloques de pisos, con 489 nuevas casas, incluyendo equipamientos ciudadanos y la apertura de locales comerciales. Todo ello unido a un plan de integración social.
  • La primera promoción de viviendas se entregó en 1992 de la mano del Ayuntamiento, dirigido en aquel momento por el socialista Carlos Díaz. Las obras iban a muy buen ritmo, cerca de un centenar de viviendas cada dos años.
  • El inicio ágil de las obras topó años más tarde con los enfrentamientos políticos entre el Ayuntamiento y la Junta cuando ésta última asumió el control de la política de vivienda en 1999. A partir de este momento, los retrasos comenzaron a convertirse en continuos.
  • La tercera fase se terminó el 1999, para la cuarta hubo de esperar hasta el 2003 y la quinta llegó en el 2005.
  • En 2012 se entregaron las llaves de la sexta promoción. A partir de entonces, la crisis económica tocó de lleno la operación.
  • Las fases séptima y octava, las últimas proyectadas, también han chocado con los problemas de financiación de la Junta, además de otros como el hecho de que la administración autonómica haya ido vendiendo las viviendas mientras no afrontaba el proyecto, lo que da como resultado una complicada situación en la que hay que poner de acuerdo a más de un centenar de propietarios privados para cualquier gestión. Aunque la Junta ha solventado en parte esta situación en los últimos años, mediante la adquisición de 70 viviendas y un local de la séptima fase, aún se enfrenta a "70 propietarios de viviendas construidas y fuera de ordenación, con la dificultad añadida de que sobre 17 viviendas hay constituidos derechos hipotecarios a favor de entidades bancarias lo que eleva el número de los titulares de derechos intervinientes". Un escenario que la propia Junta considera "una situación muy compleja de propiedad del suelo", hasta tal punto "que puede ocasionar la total imposibilidad de llevar a cabo la gestión urbanística diseñada por el Plan General".

Como solución a todo esto, en gran medida, ha aprobado el Pleno del Ayuntamiento la última variación respecto al plan del Cerro del Moro, con el objetivo de desbloquear de manera definitiva la construcción de las viviendas pendientes.

Por tanto, una vez se complete la tramitación necesaria para esta variación del PGOU, a lo que se suma una corrección de superficies y medidas constructivas que eran erróneas, la Junta de Andalucía tendrá, al fin, vía libre para ejecutar las obras de esa séptima fase que permitirá realojar a los vecinos de la octava, para posteriormente culminar una intervención aprobada en 1990 y que 32 años después sigue solventando obstáculos burocráticos y complicaciones administrativas.

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