Patrimonio

¿Cómo era el Convento de la Candelaria de Cádiz?

La plaza de la Candelaria en el siglo XIX

La plaza de la Candelaria en el siglo XIX / Archivo

El Convento de la Candelaria, cuyo aljibe y restos de solería acaba de asomar en la plaza que lleva su nombre, se construyó en 1567 y se reedificó entre los años 1680 y 1690, tras los destrozos provocados por los ataques de las tropas inglesas.

La iglesia estaba compuesta por tres naves, una de mayor dimensión en el centro y dos laterales muy pequeñas y estrechas, y junto al convento ocupaban una superficie de 2.200 metros cuadrados, lo que sería una manzana completa, con un ensanchamiento del espacio público ante la fachada norte, en la que se abría la portada de la iglesia que se situaba en el lado este de la manzana. De su aspecto solo se conoce lo que se aprecia en la maqueta de la ciudad de 1777 que atesora el Museo de las Cortes de Cádiz, así como el plano de Wassermann de 1865.

La maqueta de Cádiz de 1877 La maqueta de Cádiz de 1877

La maqueta de Cádiz de 1877

El convento pertenecía a la orden de las Agustinas Descalzas, que se estableció en Cádiz en 1567, en un principio sólo con doce mujeres en la parroquia del Rosario. Según cuenta el arquitecto Juan José Jiménez Mata y María Pilar Ruiz Nieto-Guerrero en su libro Historia Urbana de Cádiz, el convento se encontraba en mal estado desde mediados del siglo XIX. De hecho, comenzaron las obras de reparación en abril de 1859, tras lo que la priora solicitó una partida económica para terminaras y componer la fachada exterior del edificio.

Se creó incluso un taller y los vecinos protestaron, que en medio de la coyuntura de supresión del convento para ampliar la plaza, actual Candelaria, derivó en su derribo. Finalmente se llevó a cabo por mandato de Fermín Salvochea en 1874, al hilo del informe del arquitecto García del Álamo, que abundaba en el estado ruinoso de una gran parte del edificio, ante las protestas de las mujeres, que fueron desalojadas.

La anécdota de la Virgen rescatada del saqueo  

Como parte del anecdotario que rodea al Convento de la Candelaria cuentan que durante el saqueo de los ingleses la imagen de la Virgen de la Candelaria que presidía dicho templo fue arrojada al fuego. Un vecino logró rescatar la imagen de las llamas y lanzarla a un pozo cercano para que no quedara destruida. Diez años más tarde, un niño cayó al pozo y al ser rescatado relató que "una hermosa señora le había sostenido para que no se ahogara". Tras acceder al pozo encontraron la imagen de la Virgen en perfectas condiciones.

Los hallazgos

Durante los trabajos del control arqueológico que lleva a cabo la empresa Balteus Arqueología y Patrimonio se han localizado concretamente un aljibe y restos de un suelo de ladrillos toscos en su entorno.

Según fuentes de la empresa de arqueología, el aljibe es de planta rectangular y tiene unas medidas de 6,95 metros de largo por 7,75 metros de ancho y una profundidad de unos 2.60 metros. Una estructura que se encuentra en buen estado de conservación y que probablemente se ubicaría en el patio del antiguo convento que mandó a derribar el entonces alcalde Fermín Salvochea, en el año 1874.

Tras la visita del arqueólogo municipal y de la inspectora de la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía, se ha dispuesto conservar el suelo con geotextil y una capa de árido, antes de proceder a la colocación de la nueva solería.

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