Suman y siguen los incidentes y presuntas irregularidades en la obra el carril bici de Cádiz, en este caso en su discurrir por el núcleo histórico de la ciudad, responsabilidad tanto de la Consejería de Fomento de la Junta de Andalucía, que ejecuta las obras, como del Ayuntamiento de Cádiz, que colabora en ella y ejerce las competencias urbanísticas.

Al final no habrá pasos de peatones elevados con badenes en la Alameda ni tampoco en ningún otro punto del perímetro del casco antiguo, tal y como solicitó el Ayuntamiento, atendiendo la demanda de varios colectivos.

La Junta de Andalucía ha decidido retirarlos todos y no atender la petición de sustitución por otros de adoquines por parte del Consistorio gaditano. Eso, después de la acertada pero rocambolesca rectificación de la delegada territorial de Cultura, Fomento, Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Patrimonio Histórico, Mercedes Colombo, que se instó a sí misma -desde su cargo en Cultura a su responsabilidad en Fomento- a eliminar los badenes por el evidente "impacto visual" con que castigaban ese privilegiado paseo.

La razón de la retirada definitiva: nunca debieron levantarse porque, aunque figuraron a petición municipal en una modificación del proyecto inicial aprobada por la Comisión de seguimiento de la obra del carril bici, lo que se preveía eran unos semáforos con rebaje, que luego se descartaron, y nunca se definió cómo serían. De hecho, esto se delegó en una subcomisión técnica compuesta por miembros de las dos administraciones. Así consta en la documentación a la que ha tenido acceso este periódico. 

Es más: El Ayuntamiento de Cádiz nunca debió permitir que se colocasen los badenes en la Alameda en tanto que se trata de un sitio declarado Bien de Interés Cultural por partida doble -dentro del Conjunto Histórico Artístico del casco antiguo y del BIC 'Murallas mdernas de Cádiz' y el proyecto concreto definiendo el tipo de badén no pasó por la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico que preside la delegada territorial. De hecho, una vez iniciadas las obras, la Concejalía de Urbanismo que encabeza Martín Vila debió ordenar la paralización de las obras en tanto que no se había cumplido con ese trámite preceptivo.

Sin embargo, Vila ayer se limitó a "aplaudir" la rectificación de la delegada de la Junta, a recordar que Colombo sabía de la instalación de los badenes y a solicitar que se cambiasen por otros de adoquines. Se le olvidó que es competencia precisamente de Urbanismo la vigilancia y la autorización de intervenciones en el municipio. Las autonómicas con colaboración municipal, también. Sobre todo cuando afectan al patrimonio histórico de la ciudad. Es lo que tiene ser juez y parte. En el caso de la Junta de Andalucía, pero también en el del Ayuntamiento.

Desde el Consistorio reincidieron esta tarde en los mismos argumentos que los esgrimidos ayer por el edil de Urbanismo y en que la intervención se propuso bajo criterios de seguridad peatonal y ciclista.