Cádiz

Candelaria, una plaza de Cádiz "robada a los vecinos" y ocupada por la mala vida

  • Hosteleros y comerciantes reclaman al Ayuntamiento vigilancia policial para hacer cumplir las ordenanzas, hartos de las reyertas y molestias que generan algunas personas en este espacio público

  • La Asociación de Vecinos y padres y madres del casco histórico piden seguridad, limpieza y convivencia, después del apuñalamiento de un hombre el pasado miércoles

El centro de la Plaza de Candelaria es un espacio vedado del que no pueden disfrutar ni vecinos, ni paseantes, ni turistas.

El centro de la Plaza de Candelaria es un espacio vedado del que no pueden disfrutar ni vecinos, ni paseantes, ni turistas. / Jesús Marín

“Dentro de poco se acaba la temporada y estoy pensando en abrir una tienda de armas blancas”, responde con humor muy negro, pero con muchísima y seria preocupación, el heladero neoyorquino Dennis McEvoy, de El Limonero, cuando se le pregunta por el ambiente que se vive casi a diario en la Plaza de Candelaria.

El apuñalamiento de un hombre a manos de una mujer por la detención de su pareja que se produjo el pasado miércoles, desgraciadamente no es un hecho aislado en este precioso espacio público del casco histórico de Cádiz. Basta con tirar de hemeroteca para que aparezcan episodios de broncas, peleas y reyertas que provocan desde hace años algunas personas de un grupo cada vez más numeroso que ha terminado instalándose a diario en el corazón de esta plaza. Y conste que la referencia a las armas blancas no solo la hace Dennis. Manuel, camarero, asegura que en alguna ocasión ha tenido que pedir que, por favor, dejen de lanzarse cuchillos y otros objetos punzantes entre ellos, para espanto de algunos de sus comensales. Y madres que paran desde hace años allí con sus hijos por las tardes reconocen sentirse a veces atemorizadas y haberse enfrentado con algunos de ellos.

El penúltimo de estos lamentables e inadmisibles episodios fue una reyerta en la que terminaron literalmente apaleándose algunas de estas personas, según la versión policial, a finales del pasado mes de julio. Fue a las ocho y media de la tarde, cuando la plaza debía estar repleta de niños jugando y de vecinos, residentes en la ciudad y turistas disfrutando plácidamente de jardines, pérgolas, bancos y terrazas. No obstante, hay quien dice que fue una pandilla de jóvenes violentos quienes golpearon a una persona sin hogar que allí dormía.

Pero lo cierto es que hace muchísimo tiempo que algunas madres del barrio tienen prohibido a sus hijos jugar en la plaza. Entre bronca y bronca, las imágenes de estas personas consumiendo alcohol y drogas en plena vía pública como si no hubiera un mañana, orinando, defecando y cambiándose de ropa como si estuviesen en el baño de su casa son una constante, según relatan quienes las presencian a diario. A veces, la zona de la pérgola en torno a la fuente parece un campamento, con tiendas, sacos de dormir y ropa colgada sobre las plantas. Y hay quien asegura haberse encontrado con otro tipo de escenas absolutamente inapropiadas en medio de una plaza pública por la que circulan menores. Para colmo, la reacción de algunos llega a ser amenazante cuando se les recrimina su actitud.

“Candelaria es hoy una plaza ocupada, robada a sus vecinos”, lamenta Luis Trinidad, un hostelero que conoce muy bien este lugar, donde se estableció en 1998, y que está preparando la reapertura del Bar Zapata. “Cuando yo llegué aquí sólo estábamos la Peña La Estrella y yo. Hoy hay, además, cuatro muy buenos restaurantes, una heladería y comercios que generan empleo. Y sin embargo me sorprende que la plaza esté en el centro mucho peor que como yo la dejé en 2009, con el cariño que le tienen, no solo sus vecinos, sino muchos gaditanos y quienes nos visitan”, añade Trinidad.

“El centro de la plaza está fatal y es lamentable que aquí no veas a la gente disfrutar de ella como en la Plaza de Mina”, confiesa también Juan Jesús Llaca, gerente de la Peña La Estrella. “Aunque sí que es verdad que siempre ha sido conflictiva”, reconoce Llaca. “Hay veces que incluso se encaran con uno”, apunta un vecino. “De esta situación también tenemos culpa los propios hosteleros y comerciantes, que no nos ponemos de acuerdo a la hora de reclamar mayor seguridad y más iluminación al Ayuntamiento”, admite el responsable de la Peña La Estrella.

“Entiendo que son personas con problemas a las que hay que atender debidamente”, apunta Viviana Varese, copropietaria de la Ostería Milano, espantada todavía por lo que pasó a finales de julio pasado. “Creo que habría que empezar por hacer cumplir la ley y las ordenanzas municipales, como la prohibición de consumir alcohol y drogas en la vía pública, y velar por el buen uso del mobiliario y del patrimonio público, como se hace con todo el mundo”, apunta Dennis. Todos coinciden en eso y en que la solución sólo está en manos del Ayuntamiento. Especialmente en las de la Policía Local.

Encuentro en el Hogar Fermín Salvochea para una solución sin enfrentamientos

La Asociación de Vecinos de Cádiz Centro difundió anoche un comunicado impulsado por un grupo de padres y madres de niños y niñas de colegios del casco histórico, usuarios todos de la Plaza de Candelaria, en el que reclaman a las administraciones seguridad, limpieza y convivencia pacífica en ese espacio público. Lo hacen tras el apuñalamiento de una persona y el absoluto deterioro de este lugar.

Responsables de la asociación tienen previsto reunirse en el Hogar Fermín Salvochea para personas sin hogar, en un intento de encontrar soluciones al problema sin ningún tipo de enfrentamiento. Aún así, no descartan otras acciones como recogidas de firmas o actos reivindicativos.

En el comunicado se expone lo siguiente: “Somos familias y vecin@s que casi a diario venimos a la plaza Candelaria a pasar el rato con nuestr@s peques, para que jueguen al aire libre y se relacionen con su entorno. Siempre hemos convivido sin mayores problemas con diferentes grupos de personas, incluidas las que acuden al comedor social o gente sin hogar".

"Sin embargo, desde hace unos meses, vemos cómo la vida en la plaza se está degradando poco a poco, con el aumento de peleas, agresiones, amenazas y comportamientos irrespetuosos. La plaza nos resulta cada vez menos segura y agradable, cada vez la vemos más sucia, más abandonada. Pero no queremos irnos a otra plaza".

"Por eso, reclamamos a las administraciones y organismos competentes que tomen las medidas necesarias para garantizar la seguridad, la limpieza y la convivencia pacífica y respetuosa en la plaza Candelaria”.

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