A muchos les ha cogido por sorpresa que Bruno García (PP), con poco más de sesenta días al frente del gobierno municipal de Cádiz, haya escogido este jueves para reunirse con la alcaldesa de San Fernando, Patricia Cavada (PSOE).

De esta reunión, que se prolongó durante más tiempo del esperado han salido una serie de compromisos y una hoja de ruta en el que la palabra Bahía adquiere el talante que se merece. Hablaron de agua, de cultura, de bienestar animal, pero, sin duda alguna, el acuerdo más atractivo ha sido estudiar y proyectar un plan conjunto para convertir la autovía CA-33 en una "avenida más amable".

Para ponerle una imagen, Cavada puso el ejemplo de la Costa del Sol, donde los conductores pasan de un pueblo a otro prácticamente sin darse cuenta si no fuera por los grandes carteles que se ubican en las rotondas para avisar a los recién llegados de que se está accediendo a una localidad distinta. "Eso no ha sido siempre así sino que antes de esa conexión había una autovía o una carretera que comunicaba los dos municipios".

Se trata, según Bruno García de hacer de esa "fría" carretera que une Cádiz y San Fernando un "espacio más amable y que tenga mejores accesos al parque natural, de manera que podamos contectar las dos localidades de una manera más amable, y entiendo por más amable algo que beneficie al mayor numero de gaditanos e isleños posible". Este proyecto permitirá, según el alcalde gaditano, "dar un mayor valor a ese parque natural que compartimos"

La alcaldesa de La Isla dejó claro que los requisitos legales que impone la normativa es que las dos localidades tengan, al menos una salida por autovía. En el caso de Cádiz recordó que eso es así, gracias al puente, y, en el caso de San Fernando, también, "por lo que es un proyecto desde el punto de vista jurídico viable como para estudiarlo y trabajar en ello".

Patricia Cavada insistía en que lo que se busca con este proyecto es conseguir una comunicación más segura entre Cádiz y San Fernando con el empleo de nudos de comunicación de entrada y salida y con rotondas donde poder tener una mayor y más directa accesibilidad a los puntos de interés que existen a lo largo de la actual autovía CA-33 y "darle una mayor serenidad al tráfico, reducir así las emisiones".

Tanto Cavada como Bruno son conscientes de que se trata de un "proyecto ambicioso" al que aún le queda un largo recorrido, "ya que estamos hablando de una autovía que tiene que depende de un ministerio del Gobierno de España, pero tendrán que ser los dos ayuntamientos que tienen interés en su desarrollo los que realicen el trabajo y el estudio previo para poder plantearlo de cara al futuro".