Cádiz

Barceló duda ahora si construir su nuevo hotel en la estación férrea de Cádiz

Interior del vestíbulo de la estación sobre el que irá, presumiblemente, un nuevo hotel.

Interior del vestíbulo de la estación sobre el que irá, presumiblemente, un nuevo hotel. / Julio González

El hotel que, según el Plan Plaza de Sevilla, debe construirse sobre el edificio del vestíbulo de la estación ferroviaria de Cádiz corre peligro de ejecutarse.

La cadena hotelera que había cerrado un acuerdo con Adif para sacar adelante este proyecto, Barceló Hoteles, ha parado la operación a fin de analizar si lo construye o, finalmente, desiste de ello, según confirmaron a este diario fuentes de la compañía.

Hace apenas unos días el Ayuntamiento y Adif, propietario del suelo donde irá el hotel, acordaron el diseño definitivo del nuevo equipamiento. Este se levantará, si finalmente se ejecuta, sobre el edificio del vestíbulo de la estación, con seis plantas más un ático.

Aquí es donde se choca con las pretensiones de Barceló, pues ésta plantea un hotel de siete plantas más una piscina que se construiría en la azotea. El Ayuntamiento acepta la piscina pero elimina una planta aduciendo que el PGOU limita la altura a las seis que finalmente se han autorizado.

Aunque públicamente Barceló no se ha manifestado en este sentido, fuentes cercanas a la empresa sí han destacado que en el grupo hotelero no ha gustado nada esta reducción de una planta, pues desde un principio el proyecto arquitectónico y los contenidos del hotel se habían planteado atendiendo a esta ocupación. A la vez, se indica, no ha gustado la actitud de Adif, que ha cerrado el acuerdo con el Ayuntamiento.

Públicamente, en declaraciones a este diario, desde Barceló se habla de forma más comedida. "Estamos en estos momentos valorando el nuevo proyecto y las implicaciones que tiene para tomar una decisión al respecto. Estamos analizando el nuevo proyecto para decidir si vamos o no adelante", se destaca desde la compañía. Una decisión que se espera inmediata pues el mismo portavoz afirma que ésta se tomará en apenas "unos días".

Desde Barceló se reconoce, en todo caso, que "estamos muy satisfechos con el hecho que, después de cinco años, el Ayuntamiento de Cádiz y Adif hayan cerrado el acuerdo sobre el diseño del futuro hotel".

Una lectura entre líneas de este último comentario trasluce otro enfado del grupo hotelero, pues su entrada en este proyecto se anunció en 2016 y hasta ahora no han contado con un diseño autorizado por el Ayuntamiento, aunque no guste inicialmente el mismo.

Lo cierto es que tanto los promotores del hotel como los del mercado gastronómico, a ubicar en la histórica terminal férrea de 1905 y que también está a la espera de poder iniciar las obras, se han encontrado desde el primer momento con numerosos problemas administrativos y de equipamientos.

Así, en un primer momento descubrieron que a ambos equipamientos no llegaban ni los servicios de saneamiento ni la red eléctrica. Tanto ha tardado el plan municipal para llevar estos servicios hasta este punto de la ciudad, que hasta hace unas semanas no han concluido las obras de Aguas de Cádiz para la nueva red que atraviesa la avenida de Astilleros.

El Ayuntamiento, según indicó a este diario el teniente de alcalde de Urbanismo, Martín Vila, le interesa que el nuevo hotel de Barceló salga adelante, una vez que Patrimonio dio su autorización al levantarse en un entorno BIC (la muralla del frente de Puerta Tierra).

Vila destacó que el hotel se incluía en la oferta del sector ya prevista en el PGOU, por lo que no había inconveniente alguno para su desarrollo.

En este sentido, en la reunión que el Ayuntamiento mantuvo con Adif a mediados del pasado mes de diciembre y en la que se acordó el diseño final del nuevo edificio, Urbanismo propuso que lo que Barceló perdía al no contar con siete plantas (espacio para salas de conferencias y congresos) se podría reubicar en las plantas bajas del edificio, con lo que no se reduciría la oferta del centro.

Barceló planteó hace cinco años un hotel con unas 180 habitaciones, con una categoría de cuatro plantas. Aunque en su día se dijo que el proyecto “es intocable”, lo cierto es que la empresa tiene su propio plan de desarrollo en todo el país, por lo que cualquier retraso afecta a las inversiones a realizar. En el caso de que desista, Adif volverá a quedarse con un edificio, dentro del complejo ferroviario, a medio terminar y sin el dinero conseguido por su cesión.

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