Por fin han llegado las rebajas. Con esta idea en mente los consumidores se echaron en masa ayer a la calle desde primera hora para adquirir sus regalos navideños. El pistoletazo de salida de la primera campaña de rebajas antes de Reyes ha provocado, no obstante, que lo que antes eran compras de última hora se hayan convertido en los días más fuertes de venta. "Con el anuncio del adelanto de las rebajas mucha gente se ha esperado a última hora". La encargada de Zara de Bahía Sur, Yolanda Muñoz, daba así una clave para entender este retraso.

Para colmo de tarde muchos ciudadanos, al menos los que se acercaron al centro comercial Bahía Sur o a las tiendas del centro de La Isla, se llevaron una desilusión después de tantos días mirando escaparates sin atreverse a comprar. Sólo algunos comercios, menos de la mitad en Bahía Sur y muy pocos en el centro comercial abierto, exhibían ayer el cartel de rebajas. "Esto no son descuentos de verdad. No son las gangas de otros años al menos", comentaba ayer decepcionada una clienta de la zapatería Marypaz, situada en el complejo comercial. Lo cierto es que fueron pocos los establecimientos que se adhirieron a la iniciativa de adelantar las rebajas y lo hicieron con poco brío, esto es con descuentos nada llamativos o que afectan a un lote muy pequeño de artículos. Con lo que a mediodía casi se había dado salida al género con precios reducidos de verdad.

El comercio tradicional, con más razón si cabe, decidió en gran parte dejar el inicio de la campaña de rebajas para su fecha habitual, el día 7. Ya que, como expone la presidenta de la Asociación de Comerciantes (Acosafe), Cristina Arjona, "es una lástima malvender o sacar a bajo coste un género al que se va a dar salida de todas maneras por las fechas en las que nos encontramos".

Es un hecho pues que no se está vendiendo tanto como cabría esperar en época de rebajas, probablemente por los tiempos de crisis que corren. Si bien lo que sí hubo ayer, al menos en Bahía Sur, fue una avalancha de público. A consecuencia de esta afluencia masiva, la mayor desde que comenzó la Navidad, hubo retenciones de tráfico en los accesos en las horas centrales del día. A pesar de encontrarse a rebosar, el aparcamiento que abre sólo los fines de semana y en estas ocasiones, el ubicado junto al molino de mareas de Caño Herrera, no presentaba su mejor aspecto. Las obras cercanas de Fadricas II y las últimas lluvias han hecho que prolifere el fango y se formen grandes charcos. Por eso los más de 50.000 visitantes que acudieron al centro comercial encontraron más dificultades de las normales para estacionar el coche.