Con los últimos resortes del verano, el alumbrado extraordinario de Navidad se ha colado en la agenda de las administraciones, en un debate en el que el Ayuntamiento se pronuncia de una forma que no se corresponde al cien por cien con su actuación. En pleno replanteamiento de los alumbrados extraordinarios, de la fecha de encendido o del número de bombillas que ayuda a luchar contra el cambio climático y contra el alto precio de la energía eléctrica, el Ayuntamiento está a punto de culminar el expediente de contratación de un nuevo servicio de alumbrado para Navidad, Carnaval, Tosantos y fiesta de la Palma que supone un notable incremento respecto al que estaba hasta ahora en vigor, manteniendo así el gobierno de José María González una constante ampliación respecto al raquítico primer alumbrado que gestionaron a su llegada a la Alcaldía y que tanta polémica arrastró.

El primer incremento es el del apartado económico, destinando más de medio millón de euros al año en este concepto. Esto supone un aumento del coste por encima del 20%, más de 125.000 euros respecto al contrato hasta ahora en vigor, pasando de 423.034,74 euros anuales a los 548.820,04 euros previstos en la licitación que está en trámite.

De la nueva iluminación que prepara Cádiz para la fiesta de Navidad de este año llama también la atención la recuperación de los arcos de luces en la Avenida principal que fue una apuesta del gobierno de Teófila Martínez que Kichi suprimió en el contrato de 2016 y que se recupera en estos meses finales de su mandato.

En concreto, el pliego elaborado contempla la instalación de un total de 200 piezas transversales a lo largo de una Avenida que hasta ahora lucía prácticamente a oscuras en Navidad. Según detalla el pliego, se trata de “tiras de luz” con una anchura total de 10 metros “con aproximadamente 650 puntos de luz por arco”. Una iluminación que se completa en este tramo de ciudad con la instalación de los 102 báculos necesarios con 10 metros de altura cada uno, un centenar de piezas intercaladas (de aluminio dorado “con microlámpara led de color blanco cálido y blanco frío con metracrilatos fresados por láser con unas medidas aproximadas de 1x1,20 metros con 600 puntos de luz cada una”), y la decoración de 31 farolas.

También se van a incorporar nuevos elementos estéticos para mejorar los ya existentes y que no terminaban de convencer. Así, se propone la instalación de hasta 22 lámparas colgantes de 2 metros de diámetro y otros 2 de altura en una plaza de San Antonio donde habrá también 60 burbujas (de diámetros que oscilan entre los 1,80 y los 3 metros) o una gran infraestructura a base de postes metálicos de 8 metros de altura que conformarán una estructura radial donde se instalarán los elementos lumínicos alusivos a la fiesta.

En San Juan de Dios, por su parte, se propone instalar un cerramiento metálico de 7,25 metros de altura y 44 metros de longitud en forma de semicírculo instalado sobre la fachada del Ayuntamiento, que sumarán en conjunto alrededor de 170.000 puntos de luz. En San Francisco se habilitará un exorno navideño ideado especialmente para que los usuarios puedan hacer selfies. Y en el Parque Genovés y plaza de la Catedral se instalarán estrellas decorativas en 3 dimensiones de medio metro de altura.

Junto a todo ello se mantienen los ya habituales conos (en Catedral y en Ingeniero La Cierva), la iluminación de árboles (en San Francisco, San Antonio, Plaza de las Flores, Palillero, Catedral, Plaza de España o Cortadura).

Este contrato está a punto de firmarse mientras el gobierno de González asume un discurso de reducción de alumbrado y eliminación de excesos en Navidad que no se reproduce en el pliego que se va a ejecutar, con incremento de costes y de luces y con un encendido que en 2021 se adelantó al 26 de noviembre (bastantes días antes del 8 de diciembre que ahora marca la Junta de Andalucía y que Kichi dice que llega años tarde).