El 20 de abril de 1979 nacía en la ciudad un colectivo que con el tiempo se ha vuelto esencial y de gran importancia en su servicio a la sociedad. Aspademis ha cumplido 40 años, se dice pronto. Desde sus comienzos en Canalejas hasta la actualidad han sido muchas las familias que han pasado por la entidad, en un principio Asociación de Niños Jóvenes con Discapacidad Psíquica de Cádiz y Provincia, nomenclatura que mantiene ahora pero alejada ya de los tiempos que corren, donde los niños, jóvenes y adultos con los que trabaja son personas con alteración en el desarrollo o con riesgo de padecerla.

Actualmente, Aspademis tiene sus oficinas en la Cuesta de las Calesas, pero desarrolla sus actividades en el Centro de Promoción del Menor Eduardo Benot, instalaciones del antiguo colegio del mismo nombre en la barriada de La Paz. Allí nos hace de guía un histórico de la asociación, cabeza visible desde hace muchos años y actual gerente-presidente: Paco Martín. Entró en Aspademis en 1987 cuando nació su hija María Eugenia y allí sigue. Nos presenta al equipo de trabajo, compuesto por ocho mujeres: Alba Jiménez, fisioterapeuta; Belén Álvarez y María José García, logopedas; Rocío Espada y Rocío Terrero, maestras de audición y lenguaje; Gema Rodríguez, psicopedagoga; Lourdes Marín, psicóloga; y María del Carmen Montes, administrativo.

El equipo de trabajo de Aspademis junto a Paco Martín, gerente-presidente.

Trabajan con unas 90 familias, casi 60 en Atención Temprana, para niños de cero a seis años. Los menores de tres años llegan a Aspademis a través de los pediatras, que los derivan al CAIT (Centro de Atención Infantil Temprana) de esta asociación, concertado con el SAS desde 2014. Gema Rodríguez explica que los niños “son atendidos por todo el equipo y se entrevista a la familia, a la que se le ofrece apoyo emocional. Es como una entrevista de acogida. Se le presenta el equipo y según la valoración le atiende una profesional u otra. O varias”.

Ocho mujeres forman el equipo de trabajo de Aspademis en el Centro de Promoción del Menor Eduardo Benot

Además de las sesiones generales de atención a los niños y niñas, “nosotros estamos en contacto con el centro donde está escolarizado, con sus médico y con los servicios sociales si hiciese falta. Todos formamos un equipo y atendemos a los menores de forma integral”. A las familias se les dan orientaciones para trabajar en casa con los chicos. “Los padres tienen un papel muy importante. Los estimulamos para que trabajen con sus hijos y les formamos en atención emocional”, comenta Rodríguez. Además, la psicóloga trata la angustia y la ansiedad con los padres. “En muchos casos, primero viene la negación o el rechazo hasta llegar a la aceptación del problema dependiendo de la gravedad del diagnóstico”, indica.

Al acabar la atención temprana el seguimiento se mantiene con una atención continua para chicos de entre seis y 16 años, con los que se trabaja el aprendizaje de habilidades sociales y logopedia. Salidas culturales, talleres o gestión de emociones son algunas de las actividades que llevan a cabo en Aspademis.

Luego, en adultos, hay como un vacío social que la asociación llena con varios programas, entre ellos el de capacitación doméstica para aprendizaje de labores del hogar. En las instalaciones, municipales, de las que disfruta Aspademis se está creando un minipiso para que chicos y chicas aprendan a valerse por sí mismos y que sean lo más independientes posible. El curso acaba siempre con un campamento de verano para todas las edades.

“Pasamos malos momentos, pero también tenemos muchas satisfacciones por los logros conseguidos”, apunta Alba Jiménez, la fisioterapeuta. “Estamos en continuo reciclaje, en formación continua”, añade Gema Rodríguez. Y Paco Martín concluye que “hemos avanzado mucho y queremos seguir avanzando”. Cádiz lo agradecerá. Que sean otros 40 años.