Cádiz Norte, Cádiz Sur | Francisco Martín García

Un luchador para una entidad de prestigio

  • Entró en Aspademis en 1987 y ha ocupado todos los cargos posibles

  • Fue impulsor de un festival carnavalesco referente en el verano

Paco Martín en las oficinas que tiene Aspademis en la Cuesta de las Calesas.

Paco Martín en las oficinas que tiene Aspademis en la Cuesta de las Calesas. / Jesús Marín

Si Aspademis se ha hecho con un nombre y un prestigio en las últimas décadas se debe en buena parte, además de al trabajo que han desempeñado quienes estuvieron y están, al empuje incansable de Paco Martín. Entró en la Asociación de Niños y Jóvenes Con Discapacidad Psíquica de Cádiz y Provincia entró en 1987, dos semanas después de nacer su hija María Eugenia con Síndrome de Down. Paco se emociona varias veces en la entrevista al tratar este asunto. “Aquello nos cambió la vida. Nadie está preparado para eso”, admite. “La presidenta de entonces en Aspademis vino a buscarnos al hospital, antes se hacía así. Ahora es a través de los pediatras, que te derivan a un centro de atención temprana, pero antes Aspademis se interesaba e indagaba para ofrecer sus servicios a los niños que nacían con problemas”, explica. La familia buscaba “un sitio donde nos enseñaran a los padres a tratar con ella y a ella, estimulación precoz. Y en Aspademis encontramos mucho apoyo e información. Padres con el mismo problema nos tranquilizaron”, añade. “Hemos conseguido mucho de ella, pero ha sido duro”, confiesa. Martín avisa y aclara: “Al discapacitado hay que conocerle, tiene muchas habilidades que nadie imagina. Pero no basta con atenderlo en Aspademis. En casa hay que estar pendientes también”.

"Al discapacitado hay que conocerle. Tiene habilidades que nadie imagina"

Después de nacer María Eugenia, Paco y su esposa acudieron a una asamblea de socios y allí le propusieron entrar en la junta directiva. Desde entonces lo ha sido todo: presidente, relaciones públicas, vicepresidente, vocal y ahora gerente-presidente. Llegó a las oficinas que actualmente ocupa el colectivo en la Cuesta de las Calesas, aunque cuando se fundó en 1979 empezó en Canalejas. Mantienen las oficinas para asuntos administrativos, pero la atención la tuvieron que sacar de allí. “Fuimos creciendo y demandando espacio. Y así nos trasladamos al antiguo colegio Eduardo Benot. Nos dieron tres aulas grandes que hemos dividido para contar con seis. Tenemos Atención Temprana a niños de entre 0 y 6 años. Y habilidades sociales y capacitación doméstica para personas de entre seis y 36 años, buscando su autonomía”, cuenta.

En Aspademis trabaja un equipo de nueve empleadas: psicólogas, fisioterapeutas, logopedas y psicopedagogas. Además, una administrativa. Sobrevivir es complicado. “Andamos entre subvenciones, ayudas de empresas y cuotas de las familias. En la crisis los hemos pasado mal, por los retrasos en el pago de las subvenciones. Y los seguros sociales de los empleados no pueden esperar. Ni sus nóminas. Por eso, el día 20 siempre estamos con el ay en el cuerpo para poder estar al día con todo”, señala. A pesar de los inconvenientes, la entidad va a cumplir en 2019 cuatro décadas de vida atendiendo a 92 familias, 65 de ellas en atención temprana.

La incansable labor de Paco Martín le llevó a organizar un festival a beneficio de Aspademis que fue durante muchos años referente en el verano gaditano. El primero se celebró en 1998. Empezó compartiendo flamenco y Carnaval y acabó dedicándose exclusivamente a lo segundo. Hasta 2007 en el Teatro Pemán. Y en 2008 y 2009 en el Carranza. “Conseguimos meter a 3.000 personas en el Fondo Sur”, destaca. En 2010 no se celebró. Y las últimas ediciones fueron en 2011 y 2012 en el Palacio de Congresos. “Se fue llenando el verano de galas benéficas y ya no podíamos conformar un cartel de agrupaciones fuerte y atractivo. Fue una pena que se perdiera, pero era muy complicado. Se echa de menos el Pemán, que para colectivos como el nuestro era un espacio ideal”, indica. Desgraciadamente también la crisis se llevó por delante otra iniciativa de Aspademis como era el calendario donde las personas atendidas posaban con famosos y conocidos de Cádiz, que se editó entre 2003 y 2012.

Lo del Carnaval le venía por afición. Y por experiencia, claro. Paco fue corista. “Siempre me gustó el coro, que lo considero muy señorial”, afirma. Salió por primera vez en el coro ‘Los camaleones’ (1978) y siguió con ‘Los plumeros’ (1979), ‘La mascarada’ (1980), ‘La mafia’ (1981), ‘Los fanfarrones de Cai’ (1982), ‘Caravana’ (1983), ‘Los ventrílocuos’ (1984) y se despidió en ‘Los deshollinadores’ (1985). Otros tiempos. “El Carnaval de hoy en día no me hace mucha gracia, lo veo demasiado encosertado, cuadriculado. Ni a los coros en la calle ni a las agrupaciones en el Concurso les dan iniciativa”, concluye.

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