Viernes Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Viernes Santo en la Semana Santa de Cádiz 2024

Cádiz

José Ignacio Linazasoro: "La arquitectura moderna ha sido incapaz de construir ciudad"

El arquitecto José Ignacio Linazasoro

El arquitecto José Ignacio Linazasoro / Julio González

–Usted es un arquitecto intervencionista, con una arquitectura culta que sabe dialogar muy bien con el pasado. ¿Siempre se puede intervenir? ¿O hay edificios que piden únicamente rehabilitación?

–Depende la situación en que se encuentre el edificio y de la calidad arquitectónica que tenga. Si es una obra maestra que se ha definido perfectamente desde sus inicios, probablemente pida rehabilitar porque no tenga sentido intervenir.

–¿Cuáles han sido sus intervenciones más importantes o de las que se siente más orgulloso?

–Hay una que me satisface mucho que es la Iglesia de Valdemaqueda, que es una obra pequeña, singular y muy intensa. Es en realidad una obra nueva, que es un añadido a un ábside de una iglesia existente. –Usted es el arquitecto junto a su socio de la Puerta del Sol, que ha traído polémica entre otros asuntos por la falta de sombras y vegetación, ¿cómo las afrontáis?–Es una polémica bastante artificial y sin sentido. En primer lugar cuando se habla de árboles, pues es una plaza monumental como la de San Marcos, la del campo de Siena, la de San Pedro, y como todas las grandes plazas históricas. Y es imposible plantearlo así, pues taparía las fachadas de las iglesias y perdería el carácter monumental de la plaza. Y todo esto aparte de que está el metro. En cuanto al tema de las sombras vamos a intentar paliar con unos toldos en las zonas estanciales, pues antes no tenía. Era un cruce de tráfico, pero ya se ha peatonalizado y se ha convertido poco a poco en una plaza, en una zona importante estancial.

–Es bonito crear una plaza en pleno siglo XXI

–Es un ágora. Está llena de gente. Y ha cambiado mucho porque antes estaba repleta de obstáculos, y ahora se ha limpiado y ordenado. Se ha dejado un vacío central pues la estatua de Carlos III se ha desplazado y enfrentado a la casa de Correos, también del siglo XVIII. Y el resto queda vaciado, salvo la salida del cercanías, de modo que la gente circula sin esas aglomeraciones enormes de cuando estaba lleno de obstáculos. Así que ahora es un ágora, un espacio de paso y también de citas.

–Un proyecto que se suma a la de muchas actuaciones en espacios públicos (plaza de Amantes de Teruel, de la Catedral de Reims) ¿Os dejan hacer en este tipo de actuaciones?

–Son temas difíciles porque son muchos agentes los que intervienen ahí. En la Puerta del Sol ha sido complejo, hemos tenido que contactar con el metro y Adif. Diría que es la obra más complicada a la que me he enfrentado, pues en la plaza de Reims, pese a que fue un proyecto complejo porque había que darle una escala, no hubo problemas, incluso hubo unas votaciones al final de ciudadanos, pero estaban acuerdo.

–Intervenir en sitios tan cargados de simbolismo debe ser un reto

–Efectivamente. Y allí también lo fue, aunque suelen surgir problemas con los arqueólogos. Como en Sol, que nos han parado bastante la obra.

–Claro, es la ley de patrimonio histórico

–Sí, pero es curioso que un edificio de los años 50 no se pueda proteger y una ruina sí, y hay que llamar a los arqueólogos. El problema es que la arquitectura no marca la intervención, y al final se trata de disparidad de criterios. Hay una jerarquía, pero no hay un criterio de valor.

–Al hilo del criterio en su profesión y tras todas las crisis de los últimos tiempos. ¿Cree que el arquitecto está recuperando poco a poco su rol o papel tan necesario en la sociedad?

–Desgraciadamente no estoy muy optimista, no lo veo claro. Cada vez estamos más cercados por arqueólogos e ingenieros y nueva profesiones como la de paisajistas. Cada vez está menos claro el rol del arquitecto, que antes lo controlaba todo y ahora los tiene que consultar todo. No hay mucho campo libre para el arquitecto.

–¿Se están afrontando actualmente buenos proyectos de urbanismo en las ciudades, adaptados a los tiempos y al respeto al medioambiente?

–Creo que en Madrid ha habido una mejora desde hace un tiempo, desde que se hizo Madrid Río, por ejemplo, con la M-30 se realizó un esfuerzo titánico que mereció la pena. Pero falla en los barrios, pues los planeamientos urbanos en general más allá de los centros dejan bastante que desear. Se hacen en todos los lugares igual, llenos de autopistas, no se genera ambiente urbano y el coche sigue teniendo un lugar protagonista. Y luego con densidades bajas, que es otro error, antes las ciudades históricas tenían más densidad y las hacían más compactas, de modo que se desarrollaba comercio y actividades sociales. Ahora son barrios dormitorios, que no se relacionan unos con otros y rodeados de autopistas.

–¿Ha hablado en el Colegio de Arquitectos de Cádiz de ‘Consuelo de la Arquitectura’. ¿Cuál es?

–Es una reflexión personal sobre la arquitectura, sin acudir a mis proyectos. Es un diálogo entre el arquitecto y la arquitectura. Una charla en la que acabo diciendo que por un lado está contenta y por otro triste. Contenta por lo que ha hecho a lo largo de la historia y menos con lo que se ha hecho últimamente, aunque con excepciones.

–¿Tiene motivos para estar preocupada?

–El porcentaje de cosas malas sobre las buenas es claramente por encima. La arquitectura ha sido incapaz de construir ciudad y ha sido lo peor de todo. La ciudad romana, medieval, gótica, renacentista o neoclásica, que aquí tenéis un buen ejemplo, e incluso de los ensanches, se han hecho bien. Pero la ciudad moderna ha sido un fracaso. En mi libro ‘La arquitectura del contexto’ analizo ejemplos de arquitectura moderna que ha sabido hacerse, pero son minoritarias.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios