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Misión humanitaria

6.000 euros bastarían para mantener un hospital en Camerún con un envío desde Cádiz

  • La Asociación Andaluza de Cooperación Sanitaria tiene listos dos contenedores con material quirúrgico para el centro que montaron en 2019

  • Sólo necesitan financiar el transporte porque la maldita pandemia ha impedido que recauden lo necesario con comidas y sorteos, como han hecho siempre

El equipo médico de la asociación trae al mundo a un bebé tras una cesárea de urgencia en el quirófano que montaron. El niño nació en parada cardiorrespiratoria, pero consiguieron reanimarlo.

El equipo médico de la asociación trae al mundo a un bebé tras una cesárea de urgencia en el quirófano que montaron. El niño nació en parada cardiorrespiratoria, pero consiguieron reanimarlo. / Gonzalo Hörh

Cuando alguien acomete una empresa y cree que todo marcha sobre ruedas a veces se encuentra con escollos al final del proyecto que pueden hacer que que no arranque a tiempo. Cuando el proyecto consiste en una misión humanitaria en el país con el sistema sanitario más débil del mundo. Cuando de él dependen las vidas de personas que esperan que llegue con la máxima urgencia lo que necesitan para sobrevivir. Cuando después de llamar a muchas puertas no hay respuestas o lo sencillo se vuelve extremadamente complicado por culpa de la maraña burocrática del primer mundo. Cuando todo esto sucede, es normal que hasta el ánimo de los más fuertes se resienta hasta el límite.

Por todo ese proceso está pasando estos días Manuel Castañeda Romero, enfermero de traumatología en el Hospital de Puerto Real. Manolo, un practicante que a sus cincuenta y doce, como dice él, lleva trece o años viajando en solitario a Camerún para atender en orfanatos a pequeños supervivientes. En un país con la esperanza de vida más baja del mundo (no llega los 60 años) y donde más del 40%de la población vive por debajo del umbral de la pobreza. Él, que ha formado a decenas de enfermeros en una tierra de curanderos y chamanes en la que no había pinzas ni bisturíes. Y que si las había, simplemente se ponían al sol entre paciente y paciente para supuestamente esterilizarlos. Manolo, que ha practicado curas a centenares de personas que llevaban años arrastrando heridas de machete, por ejemplo, o enfermedades que en este lado bueno del mundo se curarían con una semana de antibióticos. Él, que ha conseguido ya enviar varios contenedores cargados de material sanitario para equipar hospitales y centros de salud que consistían, básicamente, en cuatro paredes de adobe y un techo de paja levantados en medio de la selva. Donde el paludismo y el cólera, entre otros muchos males consecuencia de la extrema pobreza, siguen causando miles de muertes en continente tan tremendamente bello como hostil.

Un óptico examina los ojos de uno de los niños de Foumban. Un óptico examina los ojos de uno de los niños de Foumban.

Un óptico examina los ojos de uno de los niños de Foumban. / Gonzalo Hörh

Y es que la Asociación Andaluza de Cooperación Sanitaria (AACS), a la que Manolo Castañeda pertenece desde hace cuatro o cinco años, es ahora mismo su corazón, su cerebro y sus pulmones, necesita con urgencia en torno a unos 6.000 euros. Una cantidad imprescindible para enviar a Foumban –una población del centro-oeste del país–, dos contenedores repletos de material sanitario donado por instituciones y particulares. 6.000 euros: Una cantidad irrisoria comparada con el fichaje de cualquier futbolista por parte de un equipo modesto de Primera División como el Cádiz CF (el último fue de unos dos millones de euros), pero también con los beneficios de una empresa como Eléctrica de Cádiz (12,4 millones en 2019, 6,2 de ellos para el Ayuntamiento), por ejemplo.

Manolo Castañeda bromea con una paciente a la que acaba de curar unas heridas ulceradas. Manolo Castañeda bromea con una paciente a la que acaba de curar unas heridas ulceradas.

Manolo Castañeda bromea con una paciente a la que acaba de curar unas heridas ulceradas. / Gonzalo Hörh

Para los habitantes de esa zona de Camerún, esos 6.000 euros serían como lanzarles un hospital colgado de un paracaídas previo al desembarco de esa infantería vestida de blanco y verde que componen los voluntarios sanitarios. De hecho, el cargamento incluye una ambulancia 4x4 donada por Desguaces Pérez, de Conil, procedente de un lote de vehículos excluidos de Infantería de Marina. El vehículo está completamente medicalizado con un equipamiento mayor que el de la mayoría de los hospitales de Camerún, asegura Manolo. La ambulancia está ahí, disponible y recién dotada, remozada y revisada, lista para ser embarcada, gracias a las infinitas habilidades como conseguidor del enfermero y a la aportación desinteresada de algunos colaboradores. Tienen material para llenar cuatro o cinco contenedores, pero de momento sólo enviarían dos de 40 pies extra altos, con el fin de que entre la ambulancia. El material está en una nave cedida por la empresa Autransa.

En circunstancias normales, la asociación habría recaudado durante el año pasado lo suficiente para enviar los dos contenedores a través de comidas solidarias o sorteos con productos donados por comercios locales, como lo habían hecho siempre desde 2012. Pero la maldita pandemia de Covid-19 hizo fracasar el plan. Y la AACS recibe donaciones, pero no subvenciones de ninguna administración pública. 

Con la asociación se puede contactar a través de su Facebook: https://www.facebook.com/AsociacionAndaluzaDeCooperacionSanitaria/

La asociación fundada por el doctor Julio Rodríguez de la Rúa, jefe de Traumatología del Puerta del Mar, está compuesta por un grupo de médicos y enfermeros de los hospitales de Puerto Real, Cádiz y La Línea, del Centro de Salud de Conil así como por un óptico y un ortoprotésico gaditanos y cuenta con socios residentes en toda España. Pero en momentos tan difíciles como estos y cuando quedan pocos meses para la fecha, Manolo, que no le tiene miedo a nada, se ve solo.

La ambulancia completamente medicalizada que permanece a la espera de ser enviada. La ambulancia completamente medicalizada que permanece a la espera de ser enviada.

La ambulancia completamente medicalizada que permanece a la espera de ser enviada. / Gonzalo Hörh

La labor de la AACS arrancó en 2006 en la población de Faranfangana (Madagascar), a donde se desplazó un equipo del Hospital Puerta del Mar para atender a los pacientes de lo que entonces se llamaba la leprosería de Ambatoabo, regentado por las Filles de la Charité de Saint Vincent de Paul. Lo conformaban dos anestesistas, dos ginecólogas, dos cirujanos ortopédicos, dos pediatras, una efermera instrumentista y un enfermero clínico, con quienes colaboró un médico malgache. Allí desarrollaron un gran trabajo de consultas de obstetricia, ginecología, pediatría, traumatología y cirugía ortopédica con hospitalización y tratamiento de pacientes graves con cirugía de patología ginecológica y ortopédico- traumatológica. Hasta el punto de que consiguieron que la leprosería pasase a llamarse Hôpital Saint Vicent de Paul Ambatoabo y que fuese reconocido por el Ministerio de Sanidad malgache. Después de aquello, en los años siguientes iniciaron colaboraciones con el Hôpital Le Bon Samaritain de N’Djamena (Chad),el Hospital Universitario de Antananarivo (Madagascar), el de Cienfuegos (Cuba), en Zanzíbar (Tanzania), la Isla de Lamu (Kenia) y Nepal.

Parte del material quirúrgico y médico recolectado por la asociación, guardado en una nave. Hay para enviar cuatro o cinco contenedores. Parte del material quirúrgico y médico recolectado por la asociación, guardado en una nave. Hay para enviar cuatro o cinco contenedores.

Parte del material quirúrgico y médico recolectado por la asociación, guardado en una nave. Hay para enviar cuatro o cinco contenedores. / Gonzalo Hörh

Pero no fue hasta 2017 cuando se estableció un proyecto de cooperación en diferentes zonas de Camerún, con una primera campaña en Banwa. Manolo llevaba ya años trabajando por allí con el doctor barcelonés Ferrán Ballesteros y el recién licenciado doctor camerunés Zogne Djaba Adonis en Kentaja. Por fin, en 2019, la misión se amplía a Foumban. Entre el 24 de octubre y el 9 de noviembre de ese año envían un primer contenedor con el material necesario para poder llevar a cabo la misión, desde fungibles hasta medicación donada por los hospitales de Cádiz y Puerto Real, montan un quirófano y comienzan a trabajar con la inestimable guía y ayuda del doctor Adonis. El fotoperiodista gaditano Gonzalo Hörh, autor de las imagenes que acompañan este reportaje, documentó la experiencia. “Cuando llegó el equipo médico allí les esperaban entre 500 y 100 personas que no habían pisado un hospital en su vida”, cuenta Gonzalo.

Entre el 4 y el 30 de julio, el doctor Adonis se desplazó hasta el Clínico de Puerto Real para una estancia formativa de cara a la campaña que, cueste lo que cueste, pretende activar y rematar el próximo otoño este enfermero gaditano después de un titánico esfuerzo por conseguir todo el material necesario.

“Yo a lo único que le tengo miedo es a las carreteras de allí y al agua”, dice Manolo.

Un poblado al pie de los 200 kilómetros de carretera que separan Douala y Foumban. Conducir por ellas es muy peligroso. Un poblado al pie de los 200 kilómetros de carretera que separan Douala y Foumban. Conducir por ellas es  muy peligroso.

Un poblado al pie de los 200 kilómetros de carretera que separan Douala y Foumban. Conducir por ellas es muy peligroso. / Gionzalo Hörh

Mesas de quirófano y una ambulancia

Entre el material que la Asociación Andaluza de Cooperación Sanitaria (AACS) pretende llevar a Camerún en noviembre bajo la coordinación del enfermero gaditano Manolo Castañeda, hay una ambulancia 4x4 –imprescindible en aquellas carreteras– completamente medicalizada. Con 15 años y más de 60.000 kilómetros “está mejor dotada que la mayoría de los hospitales de aquel país”, asegura. En los dos contenedores que quieren enviar van también cuatro ecógrafos, dos mesas de quirófano, cinco bisturíes eléctricos, dos respiradores nuevos para sustituir a los obsoletos –”a África no llevamos chatarra”, dice Manolo– y una esterilizadora nueva, entre otro mucho material quirúrgico y fungible. “Todo esto no tiene precio allí”, asegura el sanitario.

Cualquier persona interesada en donar la cantidad que desee con el objetivo de lograr esos 6.000 euros que hacen falta para que los dos contenedores lleguen a Camerún puede hacerlo a través de la cuenta de la Asociación Andaluza de Cooperación Sanitaria: ES53 0049 5709 6124 1603 3171, del Banco de Santander,

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