El alcalde y yo
EL ALCALDE Y YO
Dos cosas tienen en común los cuatro alcaldes democráticos: ninguno nació en la ciudad y ninguno soñó jamás con ser su alcalde. Carlos Díaz era un oscuro funcionario de Mutualidades, Teófila una diputada que vivía en El Puerto, Kichi un delegado sindical de USTEA y Bruno un diputado autonómico, de Sevilla, Santander, Roterdam y Jerez respectivamente. El azar les trajo a “el sillón de Salvochea”, sus inquietudes estaban en otros lados. Por supuesto nadie es responsable del lugar donde nace, es una decisión que toma su madre y no les hace ni mejores ni peores. Sí es responsable del lugar donde vive, aunque una gran mayoría viven y mueren en el lugar donde nacieron porque se han dejado llevar por las circunstancias. Ni se es más gaditano por haber nacido en el Mora ni por vivir en Lubet , de la misma forma que no se adquiere el pasaporte gaditano por ser cadista, cofrade y carnavalero . En contra de la opinión generalizada, no creo que Carlos Díaz fuese una buena persona, más bien lo vi siempre desconfiado y resentido con los que mandaban en su partido y con la oposición, lo que no es óbice para que en sus años de alcalde se produjeran importantes avances gracias a que siempre tuvo excelentes concejales, aparte de que fuera un hombre austero . A mí me puso varias querellas (que perdió) y mandó investigar mi vida y la de mi mujer. Para mí Teófila ha sido la mejor alcaldesa que ha tenido la ciudad desde Cayetano del Toro, a pesar de las grandes polémicas que mantuve con ella en los tres primeros años de los cuatro que coincidimos en la Corporación. Luego trabajamos juntos para que el Bicentenario fuera lo más exitoso posible para la ciudad. Kichi me pareció un mal alcalde, sin una idea de ciudad, sin dedicarle el tiempo y el esfuerzo que su cargo merecía. En su primera corporación tuvo unos pésimos concejales y se rodeó de unos asesores pésimos. Su principal logro fue cumplir dos promesas: estuvo ocho años y nunca cobró más de lo que hubiera cobrado como profesor. Bruno fue siempre un buen amigo cuando era concejal con Teófila, guardo una carta manuscrita que me envió cuando me agredieron, junto con un libro de sonetos de Sabina. Luego ayudó de manera fundamental para que Cádiz fuera sede del Congreso de la Lengua de manera discreta y eficaz. Como decía Enrique Montiel: Bruno sabe usar todos los cubiertos. Es un tipo educado, afectuoso, al que algunas malas compañías le están agriando el carácter. Es pronto para evaluar su labor , como dijo Chu En Lai cuando le preguntaron por la Revolución Francesa: ha pasado poco tiempo.
Fernando Santiago
También te puede interesar