La crisis del covid dejó cao al sector de los cruceros. Cientos de buques vagaban por las aguas del mundo para no parar así sus motores y otros quedaron fondeados de manera fantasmagórica en los horizontes de muchos puertos internacionales. Nadie apostaba nada por el sector, pero cuando la palabra “normalidad” empezó a emerger demostró ser una industria recurrente, ocurrente y con muchas ganas de sobrevivir.

Sus potenciales clientes quedaron muy traumatizados y muchos pensaron en tachar de sus agendas este tipo de turismo, pero finalmente no ha sido así. Puertos como el de Cádiz han demostrado que no se ha tardado en recuperar pronto las cifras de la prepandemia. A eso se le une que se deja entrever que el público sale del confinamiento y de las restricciones con ganas de viajar y, además, de viajar seguros.

En este aspecto, navieras punteras del sector como MSC Cruceros, Costa Cruceros, Royal, Aida, etcétera, han ido elaborando, con el tiempo, modélicos protocolos y han demostrado, con hechos, que viajar en crucero vuelve a ser seguro.

Aun así, muchos cruceristas se lo siguen pensando y siguen con miedo al bullicio, a las colas de espera en los restaurantes o en los embarques y desembarques y buscan algo alternativo que les haga sentirse en una burbuja que les garantice, aunque tengan que pagarlo a un alto precio, que volverán a sus casas sanos y a salvo.

El cliente de este tipo de cruceros suele tener un elevado poder adquisitivo

Así, desde la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz (APBC) insisten en que en los últimos años, especialmente en 2022, el puerto de Cádiz ha experimentado un importante flujo de cruceros premium o luxury. Estos son barcos de pasajeros que tienen entre 180 y 210 metros de eslora y capacidad para unas 1.800 personas máximo, con un poder adquisitivo y un nivel cultural medio alto.

De hecho, el año pasado, según datos de la APBC, el 60% de todas las escalas de cruceros recibidas se encuadraron en esta categoría.

Consideran desde el puerto gaditano que la llegada de este tipo de barcos es importante para el puerto en sí, pero, sobre todo, para el destino por el impacto económico que este turismo tiene en el entorno con un elevado poder adquisitivo.

Esta tendencia responde a la estrategia desarrollada por la Autoridad Portuaria para captar este tráfico “con el objetivo de incrementar la riqueza generada por el puerto de la Bahía de Cádiz para su área de influencia combinando su posición de puerto de escala, bajo criterios de máxima eficiencia y excelencia con la potenciación de las escalas de cruceros Premium”.

Para sobrevivir en esta pandemia y emerger más fuertes, los líderes de la industria del turismo de cruceros de lujo han tenido que poner sus motores a máxima potencia para mostrar y demostrar que están ahí y que son la opción perfecta para ese crucerista de alto poder adquisitivo que está dispuesto a dejarse los cuartos con tal de sentirse seguro.

Asimismo, las navieras de lujo han tenido que apostar, al igual que el resto de compañías del sector, por la sostenibilidad, ya que ésta se ha convertido en una condición indispensable y vital para embarcarse en un crucero.

En los últimos tiempos, especialmente en los dos últimos años, en todos los foros y congresos de cruceros a los que ha asistido la Autoridad Portuaria, según recuerda la propia APBC, se ha puesto de manifiesto por parte de las navieras y operadores la tendencia al alza de este tipo de cruceros premium, algo que Cádiz ha sabido aprovechar.

Y nada es gratuito, sino todo lo contrario. Es fruto de un trabajo arduo donde se ha sabido explotar el atractivo turístico del propio destino, las características técnicas del puerto, la localización del puerto respecto a la ciudad, los servicios portuarios, su competitividad con menores precios y tarifas portuarias; la versatilidad en rutas, tanto atlántica como mediterránea y la variedad de excursiones y actividades recreativas que se le puede ofrecer al visitante.

Estos cruceros, tal y como insisten desde la APBC, “como todos los que llegan al puerto de Cádiz, lo hacen porque detrás hay un importante trabajo con misiones comerciales directas e inversas, asistencia a ferias, eventos y reuniones con navieras y operadores, participación en las asociaciones del sector que aglutinan a todos los actores del mismo y una mejora también nuestras infraestructuras y servicios”