Seguir haciendo camino

Conviene reforzar el consumo interno de este tipo de cultivos porque seguimos muy lejos de países como Suiza o Dinamarca en consumo per cápita

Recogida de citricos en la Vega del Guadalquivir.
Javier Fernández
- Presidente de la Diputación Provincial de Sevilla

14 de julio 2025 - 07:39

El ámbito de la agricultura ecológica en la provincia de Sevilla bien pudiera responder a ese poema del poeta más universal nacido en estas tierras, cuando afirma Machado aquello de que ‘se hace camino al andar’.

Porque sin duda, trazando una retrospectiva del sector, es quizá ese afán permanente de los actores implicados a la hora de hacer crecer lo ecológico el factor diferencial que define a este tipo de agricultura en tierras de Sevilla.

No en vano, los datos hablan de una gran superficie dedicada actualmente a la agricultura ecológica, como lo constata el hecho de que en 2023, Sevilla contaba con aproximadamente 227.000 hectáreas, lo que la sitúa como una de las provincias andaluzas con mayor extensión en este tipo de cultivos. De la misma apuesta habla el incremento de agricultores implicados, que sumaban un total de 2.245 en 2021, con un crecimiento del 20,5% respecto a 2020. Incluso la diversificación de cultivos ha sido otro de los fenómenos más notables en los últimos años, con el olivar como segmento destacado con 42.500 hectáreas, y con la apertura a nuevos cultivos como los frutos secos, cereales, hortalizas bajo plástico y ganadería ecológica. Y por supuesto, esta manera sostenible de producir alimentos tiene el apoyo de la PAC, por lo que ha crecido un 88% en una década en toda Andalucía.

Pero con ser buenos los registros del cómo hemos llegado hasta aquí, es necesario no bajar la guardia ante factores que podrían debilitar nuestra posición estratégica en este apartado. Y así, conviene reforzar el consumo interno de este tipo de cultivos en nuestro país, porque seguimos muy lejos de países como Suiza o Dinamarca en consumo per cápita.

De la misma manera que se hace necesaria una estrategia frente a las sequías recurrentes, que afectan al olivar y al almendro, especialmente, porque esa falta de agua condiciona la sostenibilidad a largo plazo de dicho modelo ecológico. Y cómo no, es ineludible abordar el aumento en los costes de producción, ya que los precios de los insumos han crecido de manera significativa en un 25% desde 2020.

Y en ese apartado de factores a cuidar y reforzar, no debemos tampoco pasar por alto amenazas como la de los aranceles, la competencia extrema desde otras latitudes y el aumento de etiquetas no reguladas que pueden confundir al consumidor, frente a lo que se hace indispensable la certificación para mantener la confianza.

No obstante, desde la Diputación de Sevilla siempre somos propensos a ver el vaso medio lleno, en lugar de medio vacío. Y en eso nos hacen confiar datos como los enumerados al inicio que apuntan al sostenido aumento de superficies y operadores. Tan es así que la provincia puede continuar poniendo en carga nuevos terrenos ecológicos, en línea con la tendencia regional de aumento de entre el 12 y el 13% anual. Además, nos hace ser optimistas el hecho de que en la PAC 2023–2027 se mantienen ayudas específicas para sectores ecológicos. Y si a todo eso unimos nuestro potencial exportador y que hablamos de un segmento de consumo alimentario en crecimiento, como es la demanda de productos saludables y sostenibles, la ecuación de éxito tiene muchas probabilidades de seguir prosperando.

En definitiva, desde la Diputación de Sevilla creemos que la agricultura ecológica en nuestra provincia está llamada a cierta especialización en el marco regional, focalizándose en productos con denominación de origen y cierto valor añadido. Y junto a eso, apostar por una mayor apertura hacia Asia, EEUU y otras regiones de Europa, con un trabajo serio en planificación comercial estratégica y, por último, se hace necesaria la digitalización e innovación, incorporando técnicas de agricultura de conservación y tecnologías de riego eficientes, y el fortalecimiento del consumo interno mediante programas educativos, etiquetados claros y certificaciones que consigan impulsar la demanda nacional.

Se trata, volviendo al principio, de seguir haciendo camino, continuar con esa firme convicción de que el futuro está en una agricultura respetuosa con el medio ambiente que, a la vez, ofrece productos saludables y con unos estándares de calidad acordes a las exigencias de los consumidores.

Porque si la agricultura ecológica en Sevilla se encuentra en una fase de expansión notable, con un sólido respaldo institucional y una interesante diversificación de productos, a nadie se le escapa que estamos ante una oportunidad estratégica para el futuro de esta provincia. Y especialmente, esa oportunidad llega para sus zonas más rurales, que tienen además la enorme responsabilidad de mantener el equilibrio ambiental y la biodiversidad del planeta. Hagamos, por tanto, de la necesidad virtud y sigamos generando vida, ecología y, en simultáneo, prosperidad y futuro para nuestra gente.

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