Ir a la Psiquiatría

Mucha tensión, mucha crispación, violencia contenida. O aprendemos o nos vamosal garete como sociedad

Las explicaciones de lo que está sucediendo ahora en España, en lo del PP y Vox, es de Psiquiatría. La exigencia de Vox y la decisión de entrar en los gobiernos del PP y el rechazo del PP para gobernar con Vox dentro, excede de las ideas que se tienen sobre los pactos en Política. Murcia y Extremadura han levantado un estandarte y aceptan sin problemas ir a nuevas elecciones. Es superior a sus fuerzas, no pueden con Vox (en el sentido andaluz de no puedo con este niño). Y Vox colabora con intensidad en el rechazo con su nivel de exigencia y su ausencia de política, en el sentido italiano de arte de la política. Son profundamente antipáticos algunos de sus dirigentes y les exaspera esta cosa del PP, cuando saben que sus votos son fundamentales para las mayorías necesarias que permitan a la derecha “echar a Sánchez”. Entre el nudo de la cuestión y la gente están los que no cesan en el campo de batalla. Especialmente quienes no pueden esperar a lograr una mayoría absoluta o suficiente para gobernar y los que cuentan con mayorías cualificadas para hacerlo. Es como una lucha de supervivencia, pero muy desigual. Vox sin gobierno es su discurso político en las instituciones y la calle. No viene de la tradición de gobernar sino de la insurgencia, de lo extremo del tablero. El PP viene de sus errores y de sus aciertos. Y de sus años de gobierno, de sus líderes. Y mientras la gente mira y no entiende nada, dice con naturalidad “es de locos”. O sea, que mejor vayan todos al psiquiatra y luego a terapia y se aclaren. O van a tener razón los que tiran de la sabiduría popular y te dicen que lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible. Que es lo que saca de quicio a los que tienen especial interés en solucionar esto cuanto antes y no admiten casos como los de Extremadura y Murcia, haciendo el pin pan pun fuego contra la señora Guardiola y el murciano.

Porque no se juegan indultos a golpistas, ni supresión de la secesión del Código Penal, ni el traslado de los presos etarras, ni estas cosas que ayudaron a Sánchez a gobernar estos años. Van de entrar a los gobiernos, a ejercer el poder e imponer sus ideas respaldadas por el 18 % o el 8% de los representantes parlamentarios, depende del lugar. Y este duelo a bastonazos se proyecta sobre la blanca pantalla del 23 de julio. ¿A quién beneficia? Mucha tensión, mucha crispación, violencia contenida. O aprendemos o nos vamos al garete como sociedad democrática.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios