Análisis

Tito Valencia

Un ascensor tiene la culpa

Hay que saber encajar los golpes. Las redes sociales no solo están para los halagos

Hace unos meses escribía yo mi artículo sobre el problema que supone para muchos ancianos, y no tan ancianos, la falta de un simple ascensor en sus viviendas. Son situaciones particulares, pero que se han convertido en un problema social, un gran problema social. Les puedo asegurar que he conocido y conozco a diario situaciones verdaderamente dramáticas. Personas -escribía en ese artículo- cuyas viviendas se han convertido en su propia invalidez. Un simple ascensor puede dar o quitar la libertad de muchas personas mayores y no tan mayores, basta que tengan alguna patología que les impida realizar pequeños esfuerzos. De ahí la importancia, la necesidad, de que el gobierno municipal acuda en ayuda de estas personas y realice las gestiones oportunas para ello. Para eso están. Y esto es lo que ha hecho en nuestra ciudad el gobierno con su alcaldesa al frente.

Y como en política se vende todo, cosa que no nos debe extrañar, pues la alcaldesa con el delegado territorial convocan a los medios para que vean la puesta en escena de los ascensores que les van a solucionar la vida a muchos ciudadanos.

Hasta aquí todo correcto. ¿Cuál es el problema? Pues que como todo se mueve a través de la imagen, y en política mucho mas, una foto de la alcaldesa y el delegado montados en un ascensor se ha hecho viral. Críticas por todos lados. Un error de comunicación. Hay veces que una imagen te puede crear mas perjuicios que beneficios. En comunicación hay que saber cuando mil palabras valen más que una imagen. Y esta vez, la imagen ha causado el efecto contrario de lo que se pretendía. La importancia social de hacerle la vida mas fácil a muchas personas. No es el hecho de inaugurar un ascensor, no es el ascensor en sí. La foto era, tendría que haber sido, la de los vecinos montados en su ascensor para demostrar la importancia del aparato en sus vidas. Pero también es verdad que peores cosas se han visto y se verán en política.

¿Por qué nos ha extrañado tanto la dichosa foto? La política hoy no nos puede sorprender. Quizás el momento por el que pasa la cosa pública tenga la culpa. No sabemos para quién se gobierna. No estamos de acuerdo con cómo se gobierna. Hoy se movilizan mas las asociaciones que los partidos. Lo estamos viendo a diario. Los pensionistas se movilizan al margen de los representantes políticos. Los colectivos muestran sus descontentos a través de sus asociaciones profesionales. Estamos en una sociedad apolítica. Y un país no se concibe al margen de la política. Quizás por este estado de cabreo que sufre la sociedad, es por lo que causa indignación las fotos de políticos queriendo vender todo lo que se mueve a su alrededor.

La política se ha frivolizado tanto que lo que antes se consentía, ahora no. Pero un político no puede enfrentarse a los medios, ni a los ciudadanos, cuando no se esta de acuerdo. Hay que saber encajar los golpes. Para eso se está. Y mejor hubiese sido lanzar una nota de prensa justificando la acción o reconociendo el error. Pero las redes sociales no solo pueden estar para recibir halagos de los suyos, también para escuchar las criticas. Eso es lo que le pasa al Presidente Trump y a otros.

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