Queridos hermanos en la verdadera fe, gran sensación ha causado este invierno que quien okupa la silla de los Carranza dice que va a hacer un Museo del Carnaval e incluso muestra, orgulloso, el sitio: en las dependencias de la Torre de Tavira.

Enseña el Museo del Carnaval como el mago que enseña el sombrero de copa, vacío, porque el conejo no lo puede sacar de la chistera y enseñar. Y cuando digo enseñar el conejo es el conejo, que ahora es el tiempo del doble sentido.

Porque este alcalde estrena menos que el Cine Brunete y la única obra que va a hacer en su mandato es reformarse el cuarto de baño.

Y el museo hay que llenarlo. ¿De donde sacarán las piezas del museo? No creo que las saquen del fondo del mar como hicieron con las monedas los buzos del Odissey.

Tampoco las va a encontrar excavando como hizo Pelayo Quintero o los ingleses de Tutankhamon.

Y siendo de Cádiz tampoco se va a gastar el dinero como los Thyssen con su museo, porque el Ayuntamiento gasta menos que Ana Camelo en el Domund y en la caja de la Concejalía de Fiestas hay tragedia grande. El Carnaval no da ni un duro. No da ni para pagar la limpieza de las calles y dejarlas como estaban.

Y además las piezas del museo del Carnaval no se subastan en Shotebby's ni se las disputan los coleccionistas.

Está claro, para encontrar piezas para el Museo del Carnaval de Cádiz lo que hay que hacer es pasarse un domingo por el baratillo de la plaza.

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