Las cosas que suceden no necesariamente se ajustan a una lógica del progreso, ni a una razón democrática, ni al mayor bien común de la moral empírica. No. Las cosas se van dejando y casi siempre se lían. Leo en la prensa que ningún país democrático reconoce en su constitución el derecho a la autodeterminación, con la salvedad de Etiopía y uno de los estados caribeños. Leo la Constitución. "La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas" (art. 2). "Los ciudadanos y los poderes públicos están sujetos a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico" (art. 9.1). "La reforma de los Estatutos de -Autonomía- se ajustará al procedimiento establecido en los mismos y requerirá, en todo caso, la aprobación por las Cortes Generales, mediante ley orgánica" (art. 147, 3). Veamos el famoso artículo 155 (1): "Si una comunidad autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al presidente de la comunidad autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general". La pelota está a punto de estar en tejado del Senado. Pero después del 1-O hay que prever que la pelota vuelva al Parlamento para consensuar una solución estable. Les recomiendo el libro El relato nacional. Historia de la historia de España, de J. Álvarez Junco y G. de la Fuente Monge (2017). Todos los discursos de la identidad histórica son ficciones guiadas por el interés de las oligarquías. Incluso aquel cuento del "nos, que valemos tanto como vos, y todos juntos más que vos, os hacemos rey si nos gobernáis bien; si no, no". Yo, como Larra, me pregunto quién es el pueblo catalán y dónde se le encuentra. Tal vez algún sector esté abducido por Etiopía.

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