¿dónde estáis ensayos de cuadrillas, brotes de azahar en los naranjos? ¿Acaso aquí no se funde la cera para las candelerías? ¿Dónde estáis jóvenes que limpiáis la plata con marchas de fondo? ¿Dónde estáis tapas de vigilia de los bares? ¿Dónde estáis sillas de la carrera oficial, colgaduras y palcos? ¿Estáis ya preparadas bolas de cera e itinerarios de mano? Dónde estáis, que no logro encontraros.

¿Cómo puedes, Madrid, vivir sin los ritos de la Cuaresma, sin ese cosquilleo de las ciudades en sus vísperas? Vertiginosa ciudad que te pierdes la ilusión del que está esperando que lleguen los días del gozo. El cofrade en la diáspora te busca por los rincones. La Cuaresma del desierto que solo encuentra su oasis en el consuelo y verdad de la fe, esa que no necesita de bordados, incienso y gladiolos.

Aun así, la inmediatez y conectividad de la sociedad de la información brindan una excelente oportunidad para que las hermandades mejoren su comunicación interna. Las redes sociales acercan esa Cuaresma que tantos cofrades añoran. Fotografías de ensayos, cultos y viacrucis. Boletines digitales, avisos por WhatsApp y solicitud de insignias a través de las webs. Las hermandades están entendiendo bien los beneficios de las redes sociales, siempre que se utilicen en beneficio de las personas y no cómo espacio para las críticas y el cotilleo. Algunas están marcando el camino con nuevos avances cada año.

La versatilidad de las redes permite innovación y originalidad. No dentro de mucho veremos videos en directo de momentos clave del recorrido de las cofradías. Incluso podremos conocer la ubicación exacta de las hermandades por las calles. Por ello es tan importante no descuidar las redes durante la propia Semana Santa, días en los que las hermandades son el centro de la actualidad mediática.

Cofrades en la diáspora. No encontrareis mudás y traslados en vuestras ciudades. Los bares viven ajenos a las vísperas. Las iglesias lucen como si de otro tiempo se tratase. Un video en Facebook o una fotografía en Twitter son las nuevas formas de evangelizar del siglo XXI, y la nueva penitencia es la del cofrade lejos de su tierra en Cuaresma.