El presidente de la asociación de vecinos Casas Blancas (Gallineras), Manuel López, mantuvo en la mañana de ayer un encuentro con el delegado de Presidencia, Francisco José Romero; el delegado de Juventud, José Miguel Rodríguez y el segundo teniente de alcalde, Manuel Prado, para exigir responsabilidades por las consecuencias del festival de música Floridance celebrado durante la madrugada del recién pasado 6 al 7 de septiembre.

Los vecinos de las viviendas próximas al Cerro de los Mártires y los restaurantes del muelle de Gallineras vieron como sus calles, que normalmente presentan un aspecto tranquilo, acogían a cientos de jóvenes que llegaban en masa para disfrutar de este concierto que reúne a artistas nacionales e internacionales de la cultura dance. Aunque las actuaciones se realizaron en un terreno acotado en el interior del Cerro, fueron muchas las personas que disfrutaron de una fiesta paralela en el exterior, en una zona no permitida. Esto provocó la indignación de los vecinos de la zona, que veían como la entrada a sus casas se veía colapsada por la celebración de un macrobotellón al margen de la legalidad.

En la reunión de ayer el Ayuntamiento no tuvo otra alternativa que entonar el mea culpa, asumió su responsabilidad y se comprometió con los vecinos a que eventos de este tipo no se realicen en la zona en futuras ocasiones. Incluso se está estudiando la posibilidad de que este festival no vuelva a repetirse en la localidad. Porque aunque un día antes de la realización del evento se organizó una reunión de seguridad, "la situación se les fue de las manos a los organizadores, no pusieron las medidas oportunas para evitar que los jóvenes montasen una fiesta paralela en el exterior del recinto", asegura el presidente de Casas Blancas.

A las quejas de los vecinos se unen las reclamaciones de un colectivo de empresarios de la hostelería, que tiene su actividad en los alrededores del muelle de Gallineras y que está formado por los restaurantes José el 15, casa la Titi, Venta El Cerro, Casa Pepe y heladería La Almadraba. Estos aseguran haber sufrido grandes pérdidas económicas durante el fin de semana debido a la masa de jóvenes que se aglutinó en Gallineras, lo que propició que la clientela habitual de estos restaurantes diera la vuelta.

La actitud de los vecinos, exponían ayer, no es la de negarse a que los jóvenes dispongan de un lugar donde poder disfrutar de actividades musicales y de ocio si no todo lo contrario. "No estamos en contra de la movida, la juventud debe tener una zona habilitada para ellos. Lo que no se puede permitir es que esto se llene de gente, que en su mayoría, vienen a beber y a consumir droga", asegura López, quién considera además que la Policía no hizo lo suficiente por despejar la zona.

Una vez finalizado el festival y después de varias llamadas de los vecinos a los efectivos de seguridad -en torno a las once de la mañana- los últimos jóvenes desalojaban la zona. A esta hora las calles todavía rebosaban bolsas de plástico y botellas, hasta que a la una de la tarde llegaron los servicios municipales de limpieza para retirar toda la basura acumulada junto a las viviendas.

Al margen de las quejas de los vecinos, el delegado de Juventud ha resaltado la importancia de que con este festival, al que han acudido personas de diferentes sitios de la geografía española, "se ha promocionado la imagen de San Fernando en los medios de comunicación y los hoteles de la ciudad han podido colgar por primera vez el cartel de completo en todo lo que va de verano". Asimismo Rodríguez afirmó que "como suele ocurrir en cualquier evento de estas características se ha creado una pequeña alarma". La solución, afirmó, es la existencia de un equilibrio entre el bienestar de la sociedad y el ocio.

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