Provincia de Cádiz

Incapacitado por un error

  • Un empresario de Arcos recupera la facultad para administrar sus bienes, después de una lucha legal de varios años con el fin de demostrar que el diagnóstico de trastorno bipolar que le hicieron en el hospital de Jerez y por el que le incapacitaron no fue correcto

Durante dos años no ha podido gestionar sus empresas ni ninguno de sus bienes. Un juez incapacitó en 2011 a este empresario de Arcos, José María Mancera Barrera, en base a un informe médico forense que a su vez hacía alusión a un juicio clínico realizado por Salud Mental del hospital de Jerez en 2010, en el que a José María se le diagnosticó un 'trastorno afectivo bipolar, episodio maniaco con síntomas psicóticos', una enfermedad mental grave y crónica. En abril de 2013 acabó la batalla judicial, que le devuelve la gestión de sus empresas y le declara capacitado, teniendo en cuenta otros informes médicos que coinciden en que el episodio que sufrió en 2010 fue "un cuadro aislado derivado del consumo puntual de tóxicos" y que las alteraciones mentales sufridas que motivaron su incapacidad "son atribuibles al consumo puntual de tóxicos de adicción y no tienen que reaparecer si este consumo no es retomado".

La historia la cuenta el propio José María desde el principio, desde aquel septiembre de 2010 en el que el empresario, separado de su mujer y conviviendo ya con otra persona, es acusado por su ex pareja de violencia de género. "La denuncia no tenía ningún sustento, porque de hecho era yo el que me había ido con otra persona, pero me avisan de que la Guardia Civil va a detenerme. Yo vivía cerca del campo de golf de Arcos, no podía permitir una detención así y en ese momento me fumé dos o tres porros. Cuando llegó la Guardia Civil me llevaron a los calabozos, hasta al día siguiente que me trasladaron al juzgado". Cuenta que allí urdió una estrategia para no ser juzgado. "Me hice un poco el chalado y el juez ordenó que me ingresasen en Salud Mental del hospital de Jerez. Yo allí llegué perfectamente, pedí sólo que me dejaran hasta que se me pasase el efecto de los porros. De hecho me hicieron una analítica, en la que doy positivo en cannabis, pero me dejan 30 días ingresado con una fuerte medicación. Nadie se puede imaginar mi aspecto cuando me dieron el alta. Hinchado por los antisicóticos que me dieron, porque no sabes los efectos que tienen en una persona normal. Yo lo que pido es que en un caso de trastorno mental no se fíen de un solo diagnóstico". Del hospital salió también con un diagnóstico en el que decía que sufría un 'trastorno afectivo bipolar. Episodio maniaco con síntomas psicóticos' y con derivación a un sicólogo y a un psiquiatra de la Unidad de Salud Mental de Villamartín para su control ambulatorio. El psiquiatra, con el que Mancera permanece en tratamiento desde noviembre de 2010 hasta abril de 2012, emite un diagnóstico de episodio maniaco con síntomas psicóticos "recortado en el tiempo y con resolución completa del mismo. Hace pensar que se trata de un cuadro aislado, con una potencial relación con los consumos de tóxicos".

Durante ese tiempo, concretamente en 2011, su ex mujer presenta una demanda de prodigalidad con el fin de incapacitarle. Debe pasar entonces por el examen de un médico forense del Instituto de Medicina Legal de Cádiz, cuyo informe recoge en sus conclusiones el diagnóstico que se le hizo en el hospital de Jerez, asegura que tiene un trastorno crónico y que "debido a las características de su enfermedad presenta tendencia al gasto descontrolado de dinero, lo cual le puede llevar al detrimento de su patrimonio, por lo que no se encuentra capacitado para administrar sus bienes". Con la incapacitación la gestión de sus empresas queda en manos de una tercera persona, una figura denominada 'curador' en el ámbito legal, es decir, un representante para los actos de la vida civil de una persona declarada incapaz en razón de un déficit de sus facultades mentales.

Inmediatamente, Mancera presenta una demanda de revocación de esa incapacidad que exigió un nuevo informe forense también del Instituto de Medicina Legal. El juicio oral sobre capacidad se celebra en el Juzgado número 3 de Arcos. El nuevo informe considera que Mancera sufrió un episodio psicótico de características maniacas en octubre de 2010. "Sin embargo, ni sus antecedentes psiquiátricos hasta ese momento ni su evolución posterior indican la existencia de un trastorno afectivo de tipo bipolar, una grave enfermedad psiquiátrica que es en muchas ocasiones incapacitante. Por el contrario, su evolución hace pensar que nos encontramos ante un episodio de psicosis inducida por el consumo puntual de tóxicos de adicción, el cual remitió cuando el paciente fue tratado y no parece haber dejado ninguna secuela psíquica que afecte a sus capacidades". Como conclusión, el informe pericial asegura que Mancera no presenta ningún tipo de alteración psíquica que afecte a sus facultades y que "las alteraciones mentales sufridas que motivaron su declaración de prodigalidad son atribuibles al consumo puntual de tóxicos de adicción". El 9 de abril de 2013, la sentencia del Juzgado de Arcos declara a José María "capaz para todos los actos de la vida jurídica, tanto para el gobierno de sí mismo, como el de sus bienes, revocando la declaración de prodigalidad".

Mancera afirma que durante los dos años en los que fue declarada su incapacidad "el estigma social ha sido terrible, a una persona normal que la tilden de loco y la incapaciten para administrar sus bienes es terrible. Los propios abogados me lo han dicho, cualquiera no hubiera soportado todo esto, pero soy una persona curtida en las batallas. Yo tenía un nivel de vida importante, gracias a todo lo que había trabajado, y mis hijos me dejaron de hablar porque durante ese tiempo no podía ni pagarles la pensión. Se me ha hecho mucho daño".

El empresario responsabiliza de toda esta odisea a los médicos que en Salud Mental de Jerez "me diagnosticaron erróneamente un grave trastorno mental crónico". Por eso otra parte de su lucha ha sido intentar conseguir que el hospital reconociese su error y que su historial médico quedase limpio de ese grave diagnóstico. Relata que con la sentencia en la que se revocaba su incapacitación volvió a hablar con los facultativos de Salud Mental que hicieron el diagnóstico. "Les dije que se diesen cuenta de lo que habían hecho, que cambiasen el diagnóstico, pero se niegan a subsanar el error, por lo que en septiembre de 2013 se promueve un acto de conciliación contra las doctoras del hospital, sin resultado". Posteriormente se interpone una denuncia por "delito continuado de imprudencia profesional grave" en los Juzgados de Jerez. La demanda por lo penal se ha archivado al entender el juez que no hubo delito. En su auto, considera que si bien parece acreditado que el episodio que sufrió José María Mancera "obedecía a los efectos del consumo de cannabis y no a un trastorno mental primario" el momento de la actuación médica era extremadamente complejo, por lo que dicho error de diagnóstico no es en absoluto excepcional dadas las circunstancias que concurrieron en el proceso del diagnóstico".

El empresario arcense, que asegura que no quiere darse por vencido, iniciará ahora una demanda de reclamación económica contra el SAS por los perjuicios que, bajo su punto de vista, le ha causado el diagnóstico tanto en el aspecto patrimonial como en el psicológico y moral.

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