UN gaditano en CATaluña. De la playa de la Victoria a la de la Barceloneta. MeteoCAT, PetroCAT, CATsalut, aquí todo es CAT, puntoCAT.

Pasé mi infancia yendo a San Felipe entre sacos amarillos de rejilla de plástico llenos de caracoles y olor a tagarninas. De hecho, mis padres viven aún frente al mercado de San José. En verano, cruzaba la Avenida directo a la playa, por el Isecotel. Muy normal en Cádiz, donde se vive tan cerca del mar.

En Barcelona no es tan común, pero yo he acabado en la Barceloneta, de lo más parecido al Cádiz popular que se encuentra en España. Yo hermanaría la Barceloneta con Barbate y con la Viña. En una ciudad europeísimamente cosmopolita, global, moderna, business, fashion, eco-bio y bicicletista, hay un barrio junto al mar donde hombres de piel curtida con gorra marinera venden pescao en la acera, sus mujeres salen a la calle en bata y los niños juegan en las calles, teniendo preferencia sobre el tráfico. No por las señales de tráfico, sino per collons.

El barrio es un pueblo independiente del resto de la urbe y tiene una plaza central con el mercado lleno de maris. Lo veo desde el balcón. La playa, dos calles más abajo. Ahora le voy a pedir al Ajuntament que ponga puestos de tagarninas y caracoles para rematar. A ver si cuela.

Igualito que en Cádiz he acabado en Barcelona, pero solo sobre el terreno. Después de ocho años, hay mucho que rascar en lo que da de sí vivir en Cataluña. Muy diferente a Cádiz pero tan presente en el imaginario colectivo español, todos tenemos algo que ver con Cataluña: opiniones político-lingüísticas, un familiar emigrado, un equipo de fútbol adorado u odiado, antibióticos formulados aquí y hasta la taza del váter (el señor Roca es de Vilafranca del Penedès).

Me gustaría dar a catalanes y gaditanos, y hasta a mí mismo, una de CAT y otra de arena. La CAT desde la Barceloneta y la arena (mucho más suave y dorada) desde el pie que siempre mantengo en la playa de la Victoria. Cada sábado alterno, aquí en nuestro Diario de gaditanos todos. Al toro y, como se dice aquí: que vagi bé!