encuentros en la academia

Enrique García-Máiquez

La innovación como necesidad

EN las últimas décadas la innovación se ha convertido en concepto de máxima actualidad. Los políticos la utilizan con prodigalidad, incluyéndola en ministerios y consejerías, y para las escuelas de negocio o los foros y seminarios de directivos resulta imprescindible en sus encuentros, tal como hemos podido ver recientemente en el ciclo organizado por Business Angels y celebrado en la Bodega de Mora de Osborne.

Por ello conviene dar unas pinceladas sobre este concepto. La innovación equivale a cambio, bien total ó parcial, de un proceso, producto o servicio para hacerlo más atractivo al cliente. Es no conformarse con su statu quo, buscando formas nuevas y diferentes de ofrecer valor a los consumidores. Su función es pasar de un estado presente a otro futuro más competitivo para la empresa y más interesante para el mercado; transformación que gestionada por la innovación debe conducir al éxito.

Hace años publiqué que el objetivo de la innovación es hacer realidad la que he llamado 'Teoría de las tres M': Mejor calidad, Mayor productividad, Menor coste. La consecución de estos elementos afecta positivamente al producto, a la empresa y al cliente, convirtiéndose en generación de riqueza, en un mundo globalizado cada vez más exigente.

Hoy día la innovación se representa como una ecuación donde interviene el talento y la tecnología. Talento como conjunto de capacidades, compromisos y acciones de la persona; es el recurso escaso que como tal ha desplazado al capital en este siglo XXI. Lo definió muy bien el premio Nobel Szent-Györg: "el talento está en ver lo que todo el mundo ha visto y pensar lo que nadie ha pensado". Por su parte la tecnología es la consecuencia de una adecuada Investigación y Desarrollo. En definitiva la innovación es fundamental no solo para el progreso de las compañías sino a veces para su propia supervivencia, de ahí que, desde hace unos años, su inicial "i" forme parte del ya clásico I+D.

Sin embargo España en materia de innovación se encuentra en los últimos puestos en el ranking europeo situada entre los "innovadores moderados", tercer grupo de los cuatro que utiliza la UE para clasificar sus países, por debajo de la media y junto a Chipre, Estonia o Checa. Por ello todos los esfuerzos, públicos o privados, que se realicen para progresar en innovación, nos parecen claves. Las empresas deben buscar talentos y en cuanto a las tecnologías subcontratar proveedores externos, si carecen de I+D+i, a través de las universidades que disponen de Centros de Transferencias de Tecnologías.

Innovar como necesidad para crecer, para liderar, en definitiva para ser más competitivo, porque en el futuro las empresas se van a dividir en dos grandes grupos las rápidas y…las muertas.

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