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Joaquín Solís Muñoz-Seca

En torno a los 110 km/h

12 de abril 2011 - 01:00

LAS medidas adoptadas recientemente por el gobierno, encaminadas al ahorro de energía, han creado un gran revuelo en la opinión pública y publicada que nos incita a comentar y abordar el asunto no desde la ciencia o de la técnica sino desde el más estricto y entendible sentido común. De los 110 Km/h, es de resaltar lo poco que le preocupa a los que prohíben, la moda de circular en el centro de las ciudades con enormes todoterrenos de 240 caballos diseñados para moverse por ámbitos de condiciones extremas, como el desierto, buscando dónde aparcar. Tampoco se ha comentado cómo se le habrá quedado la cara al adquiriente de un coche híbrido pagando una pasta adicional, en aras de poder economizar casi el 40% de combustible que este artilugio ahorra cuando circula a los defenestrados 120 kilómetros por hora. Habrá reaccionado a modo de Don Mendo cuando le informan de la boda de Magdalena: ¡Se casa!, Y yo en esta torre preso,--haciendo el primo ¿Que dije? El primo es poco ¡El canelo!

Ningún organismo versado en la energía, duda que el gran campo donde hay que trabajar para afrontar la creciente demanda mundial de energía, es aumentar desde todos sus ángulos la eficiencia energética, es decir producirla con los mayores rendimientos por gramo de combustible empleado y consumirla con la máxima eficacia. Sumando ambas vertientes el potencial de ahorro supera con creces el 40% del total generado. No hay innovaciones predecibles, ya sean de origen fósil o renovables, excluida la mesiánica fusión nuclear-que será nuestra salvación pero no sabemos cuándo-que puedan competir con el potencial que representa la eficiencia energética. Además, sin emisiones de CO2 adicionales y como diría un pastor del Valle de Amblés sin comernos el manso.

Dos reflexiones: en España es imposible que se erija en el futuro una central nuclear y no por ecologismo sino por miedo a no contar con la estabilidad legal precisa, para arriesgarse a acometer un proyecto de diez mil millones de euros de inversión y diez años de construcción, esto solo es hoy posible en países tipo Finlandia o dictatoriales como China. Unos de los factores claves que encarecen el suministro eléctrico es el que deba ser ininterrumpible. Así en un caluroso día veraniego de levante en calma los molinillos dejan de producir su cuota del 20% mientras la demanda crece un 20% ¿Habrá que tener ociosa un 40% de generación térmica para cubrir este desajuste? El coste es inabordable.

La solución está en contar con procesos capaces de convertir en energía utilizable al menos el 85% de la contenida en los combustibles, ya sean fósiles o renovables y consumir con eficacia; lo que constituye en esencia el reto de la eficiencia energética. En definitiva, innovación tecnológica y educación de los consumidores.

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