DESDE SATURNO

Jorge Bezares

Elogio de la autonomía

NO sé si Griñán será el candidato socialista en las elecciones autonómicas de 2012. Últimamente, tras el pulso que le ha echado la ejecutiva del PSOE gaditano, que se ha llevado por delante en Algeciras a un alcalde al borde de la mayoría absoluta, que ha sembrado dudas en Jerez sobre la alcaldesa y que ha provocado que cometa el error de usar la Junta para remendar el partido, y después del deterioro irreversible que sufre Zapatero, tengo mis dudas. Pero, sea lo que sea, no me duelen prendas en romper una lanza por Griñán.

Presidente de la Junta por un acto de puro dedismo de Chaves, en contra del criterio de Zapatero, que señaló a Mar Moreno, Griñán ha construido algo más que un discurso fresco, basado en el mérito, el trabajo y la educación. El arranque fue valiente al anunciar, sobre todo, el principio del fin de los subsidios para intentar construir otro futuro, y, a la vez, peligroso por el efecto demoledor que esa declaración de principios tuvo en la red clientelar que el PSOE ha tejido durante treinta años en Andalucía y por el impulso renovador que contenía.

Pero el presidente de los andaluces no sólo se ha quedado en el discurso: ha querido mandar para poder afrontar con su equipo la peor crisis económica que ha sufrido Andalucía desde la restauración democrática. Si alguien pensó que Griñán era un títere, un presidente de transición a la espera de que sanedrín chavista designara al auténtico heredero, se equivocó. Los acuerdos secretos que ahora se esgrimen para tacharlo de desleal o incluso de traidor son papel mojado para quien tiene la obligación de ser autónomo, de rendir cuentas a los ciudadanos antes que a una u otra familia socialista.

El adelanto del fin de la bicefalia en el PSOE andaluz y los cambios que introdujo en su Gobierno formaron parte de una obligada estrategia de tirar por la calle de en medio para intentar recuperar a un partido que arrojaba signos evidentes de fin de ciclo. Y, además, tenía como objetivos hacer frente a una crisis económica que instaló en el desencanto a una parte importante de su electorado por los efectos devastadores del paro, y frenar el ascenso electoral del PP. ¿O alguien se cree de verdad que el PSOE estaría mejor en las encuestas con Chaves aún en San Telmo?

Hombre más de Estado que de partido, está mostrando más responsabilidad orgánica -no confundir con debilidad- ante las últimas escaramuzas que algunos que duermen con el retrato de Pablo Iglesias en la cabecera de la cama y que, por asuntos menos serios, tiraron de gestora.

Y si no, que se lo pregunten a Agustín Domínguez, defenestrado por Chaves por lo mismo que Cabaña le está haciendo a Griñán.

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