DE POCO UN TODO

Enrique / García-Máiquez

Predicando con el ejemplo

EL primer acto de la iniciativa Reconversión ha sido enviar una carta a Rajoy instándole a emprender la reforma de un sistema político y social que o no ha funcionado o ha sido superado por la crisis. La carta no tiene desperdicio, aunque ustedes, que tienen el detalle de leerme, podrían pasarse sin ella. Dice cosas que aquí hemos repetido mucho: la necesidad de reestructurar el Estado, de meter en cintura a los partidos políticos, de reformar la educación, de favorecer un cambio moral, etc. No quiero decir que yo haya sido precursor de nada, sino sólo que Reconversión recoge un clamor a gritos de la gente común.

Aunque no les haga falta, recomiendo que la lean. Está en www.reconversion.es y explica muy bien todo lo esencial. Además, predica con el ejemplo. Enumero, rápidamente, sus ejemplos en un decálogo:

1) No tienen problema en usar en su logo los colores de la bandera española, ¡y sin hablar de fútbol! 2) Los abajofirmantes pertenecen a casi todas las sensibilidades políticas, menos a las refractarias, naturalmente. 3) Algunos firmantes pertenecen a partidos políticos, pero han sido capaces de salirse de la foto fija que impone el aparato. 4) Y eso que la iniciativa detecta claramente que los grandes interesados en no cambiar nada son los partidos, ¡como tontos, siendo los que sacan tajada de esto! 5) Hay víctimas del terrorismo, las grandes depositarias de la autoridad moral de los años de democracia. 5) La carta alaba las reformas ya realizadas para sugerir que, sin una en profundidad del Estado, serán para nada. 6) Sin adoptar un tono profético, son capaces de sintetizar en unas pocas líneas los graves males que aquejan a nuestra nación. 7) Su optimismo radica en dos fundamentos muy serios: saben que tienen a la mayoría silenciosa de su parte, y 8) no ignoran que, a diferencias de otras dimensiones de la crisis más técnicas, la solución de ésta depende de un acto firme de voluntad política, nada más…, y nada menos. 9) Son tan democráticos como para pedir unos acuerdos como los de la transición, pero además proponen que, si ésos devinieran imposibles -como se temen-, se recurra a un plebiscito. 10) Por último, se ha dicho mucho que en España la sociedad civil no tiene vitalidad, pero esta iniciativa nace de la sociedad civil y a ella apela con viveza.

Que la crisis nos tiene todo el día quejándonos de todo, se quejan los que se quejan de todo; pero aquí hay unos que cogen el toro por los cuernos. Aunque sólo sea por lo reconfortante que resulta ver a un puñado de españoles de todas las ideas, edades, ámbitos y regiones de acuerdo, merece la pena atenderles.

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