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encuentros en la academia

Ignacio Pérez Blanquer

'Aggiornamento' y catarsis

ALGUNOS recordarán que el aggiornamento fue la idea motriz del Concilio Vaticano en los primeros años de la década de los 60. Se trataba de una revisión de principios de la Iglesia Católica para responder así a las necesidades contemporáneas por medio de una "puesta al día" o "actualización", que eso es lo que quiere expresar el término italiano.

Una institución centenaria como la Academia de Bellas Artes, es esencialmente, un sistema; un conjunto teórico de ideas, reglas y principios; elementos que han sido su fuerza impulsora, y que se han plasmado -a lo largo de los años- en multitud de acciones y prácticas de éxito. No obstante poderosas mareas de diversa índole han cambiado nuestro mundo y esas ideas y esos principios pueden estar necesitados de un particular aggiornamento.

Entre los cambios acaecidos están los relativos a las "artes". En poco más de un siglo se ha pasado de una concepción estática de las Bellas Artes a considerar el arte desde una sorprendente amplitud de criterios. Ha sucedido así también con todos los aspectos de la creación artística, se ha dado un triple salto mortal desde los pinceles y el cincel de esculpir, a los ordenadores y a los programas informáticos, dando paso al complejo fenómeno del ciberarte.

Los propios muros de la cultura cabecean a impulsos de tremendas sacudidas; la cultura de tarima, atril y naftalina se abre a nuevas concepciones culturales más vivas y vibrantes. Se está dejando de cultivar una cultura cerrada, propensa a desarrollar conceptos absolutos, emergiendo una cultura más vigorosa con propósitos que conducen a aprender, a hacer y a gozar. Muchos empezamos a entender esto como un efecto purificador, como una verdadera catarsis.

El propio concepto de las Bellas Artes casi ha desaparecido, subsumido por la denominada Cultura visual, que pretende englobar todas las realidades visuales, sean del tipo que sean, y que cada día tienen un papel más relevante. A las tradicionales cinco categorías de las Bellas Artes: arquitectura, pintura, danza y música, escultura, y literatura; se suman el cine, la fotografía, el diseño, la publicidad y muchas otras.

La cultura tecnológica es la más revolucionaria que se ha dado jamás en la historia humana e implica cambios en casi todos los campos de actividad, así como del propio individuo. El ciberespacio se ha convertido en nuevo lugar de posibilidades creativas, en el que han tomado posición propuestas artísticas y culturales de gran seducción. Todo ello hace necesario el "aggiornamento" de los sistemas, e imprescindible, la puesta al día.

Decía el escritor y futurista Alvin Toffler que una ola de tiempo nuevo nos invade, y solo hay dos opciones: cabalgar sobre esa ola y sobrevivir, o quedar atrapados por ella y ser engullidos de manera implacable.

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