Tamara Ávalos habla de la relación de género a través del arte precolombino

La relación entre el hombre y la mujer, la forma en que se han ido estableciendo arquetipos como el de Adán y Eva a lo largo de la historia y su abordaje desde un punto de vista conciliador y solidario son las bazas en las que se sustenta la muestra Hija de Eva, que ayer inauguró la artista costarricense Tamara Ávalos en el Castillo de Santa Catalina.

En su reflexión, realizada a base de cerámica primitiva y un alto contenido simbólico, Tamara Ávalos pone de manifiesto la situación de género desde un punto de vista histórico, cultural y político. Para ello se nutre de la tradición judeo cristiana y su relación con el mito del pecado original de Eva, "del que Tamara se siente totalmente ajena", explica María José Monge, comisaria de la muestra.

Ésta sería la primera capa de lectura de su exposición y para hablar de ello desde un punto de vista plástico se hace con la imaginería femenina propia de la cultura precolombina, fundamentalmente. "Lo reflejo a través del fuerte simbolismo de esta cultura", señala Ávalos. Es el caso del ensalzamiento de la sexualidad libre de tabúes que hace la autora, mediante la manifestación de prominentes vulvas o penes erectos; el serigrafiado de serpientes y otros elementos decorativos en las figuras; los brazos en jarra o la exaltación de la fertilidad mediante elementos históricamente vinculados a ella, entre los que se encuentran las ranas o la multiplicación de esculturas en forma de bebés.

Hija de Eva, título que utiliza en singular como seña y muestra de su alejamiento del mito, exhibe así dos grandes altares escultóricos que giran en torno a la fertilidad. A su alrededor se expanden otros ocho conjuntos basados del mismo modo en la relación de género.

Sólo hay una obra que se aleja del resto, en cuanto a continente y contenido. Se trata de una pieza realizada a base de varias losetas alineadas en las que también se narran la relación del hombre y la mujer, pero desde un punto de vista más occidentalizado. "Es el contrapunto a esa otra forma de contenido más simple y en mayor comunión con las cosas que cuento en el resto de la exposición", asevera la artista costarricense. "Ésta es mi verdad, mi lectura", sentencia Ávalos.

Una lectura que se ha ido fraguando a lo largo de los dos años en los que lleva trabajando en la relación de género, cuya temática "ya he agotado prácticamente", para dar paso a otras manifestaciones artísticas.

Con todo, Tamara Ávalos asegura que no trata el papel de la mujer desde un punto de vista reivindicativo "porque en ese caso sería hacerlo desde el enfado y no me interesa". En este sentido, su finalidad no ha sido otra que plasmar y albergar en esta exposición otras realidades históricas, "aparte del cuento que nos contaron, para así reivindicar otra forma de vincular el hombre y la mujer mediante las relaciones personales, sexuales, el placer , el gozo o la alegría".

La muestra permanecerá abierta en Santa Catalina hasta el 14 de septiembre, de 11.00 a 20.00.