"No se han alcanzado las altas expectativas que se tenían, pero aún así ha sido positivo", así valoraba la incidencia económica del carrusel de coros uno de los propietarios de un local de Muñoz Arenillas. Opinión que parecen compartir otros hosteleros.

Aunque la mayoría de los propietarios califican como positiva la celebración del carrusel, se nota una cierta desilusión ante lo que podía haber sido y no fue.

Como en cualquier generalización, existen voces discordantes. Pese al gran ambiente registrado, muchos comerciantes dudan del beneficio obtenido por el traslado del circuito. "Aunque ha sido un éxito en cuanto a ambiente, comercialmente no tanto".

Desde el bar Marbella afirman que "se ha notado bastante en la clientela", además de valorar la pasada noche como "muy buena". La amplitud de horarios debido al carrusel les permitió permanecer abiertos más horas de lo habitual, un hecho que han notado en la caja recaudada.

La hamburgueseria El Melli y el pub OxS también reconocen el "buen ambiente" y el aumento de ventas producido, aunque matizan: "no mucho más que un viernes normal".

Ambos locales no dudan en el potencial de seguir celebrando el carrusel en la zona, y se muestran proclives a repetirlo el año próximo. "Para ser la primera vez ha salido bien", afirman, además de augurar un saneamiento de las deficiencias propias de la novedad.

"Ha faltado promoción, no había carteles publicitando el carrusel", denuncian. Por otra parte, hosteleros de Muñoz Arenillas critican la lentitud en la rotación de coros: "Los de adultos estuvieron más tiempo en el Paseo", afirman.

Pese a los defectos de organización, los comerciantes no dudan en alabar el dispositivo de limpieza y seguridad. "De 10", lo calificaban desde Marbella.

Otros locales alegan no haber percibido demasiado aumento de clientela para lo que el evento prometía. "En general ha sido como cualquier día, un poco más a lo mejor", decían desde freiduria Las Flores. Una percepción que compartía el bar Nebraska. Ambos lanzaban al aire la posibilidad de que el carrusel se celebrase en otra fecha, "en agosto siempre habrá gente por aquí. En julio si que traería clientes".

Otros, sin embargo, han experimentado un descenso en sus ventas o un perjuicio en su actividad normal. La heladería Miró se quejaba de la inmovilidad de los clientes de su terraza -con una posición privilegiada para disfrutar de los coros- ante la continua rotación de los días normales. En La Marea, por su parte, reconocían un aumento del público, aunque éste prefería la barra antes que el comedor o la terraza.