Se registran tres pequeños seísmos en el Golfo de Cádiz

El seísmo del 4 de diciembre registrado en el Golfo de Cádiz
El seísmo del 4 de diciembre registrado en el Golfo de Cádiz

Tres pequeños seísmos se han registrado durante los últimos días en el Golfo de Cádiz, de 2,4 grados en la escala Richter el pasado 3 de diciembre y de 2,2 y 2,3 el día 4 de diciembre. El del día 4 tuvo lugar casi a las seis de la tarde, a una profundidad de 17 metros, mientras que los del día 3 tuvieron lugar a las 3.34 de la madrugada y a las 15.31 horas, a cinco metros y a 45 metros de profundidad, respectivamente, sin que se haya percibido por parte de la población ninguno de ellos, dada la escasa intensidad.

Sí que se ha percibido el terremoto que ha tenido lugar en Fuengirola este viernes, de 4.9 grados de magnitud, tanto en Málaga como en otras localidades cercanas andaluzas. Una actividad sísmica muy habitual en la zona a la que se suma este mismo sábado otro seísmo de 3,6 grados en el Cabo de San Vicente, registrado en torno a las 10.30 de la mañana.

Según ha apuntado el sismólogo Luis Cabañas al hilo del terremoto de Málaga, "todos los días hay terremotos que la población no siente. Al cabo del año, en promedio, habrá entre 5.000 y 7.000 de ellos, pero solo se notan alrededor del 10 %, exceptuando casos como el 2021, cuando se alcanzaron los 22.000, también debido al volcán de La Palma".

Riesgo sísmico moderado en Cádiz

Para contextualizar esta actividad, contaba a este medio el geólogo de la UCA Javier Gracia que en Cádiz existe "un riesgo sísmico moderado, en el sentido de que hay muchos terremotos pequeños, y solo de vez en cuando se generan condiciones para liberar algo más de energía y de una forma más intensa en alguna falla más grande". Una condición, por cierto, que nos favorece, "pues el terremoto es mayor cuanto más energía acumulada exista, y esta es una zona donde se libera mucha energía". Y es que en el Golfo de Cádiz hay cuatro fallas que son muy conocidas: la de Marqués de Pombal, la de Gorringe, la de Herradura y la del Bajo Guadalquivir, que determinan la sismicidad en la zona.

Estas fallas, que son muy grandes, "reciben empujes y presiones, y para que se muevan deben acumularse muchas de estas presiones, algo que sucede al cabo de mucho tiempo, por lo que no se generan terremotos grandes hasta que no pasan cientos o miles de años". Respecto a la interacción tectónica en el Golfo de Cádiz, profundiza en que "la Península Ibérica es una microplaca asociada a la placa europea, gira lentamente, pero la placa europea se dirige hacia África, y en el Golfo de Cádiz y el Estrecho tenemos una convergencia donde la placa Ibérica y la Europea se dirige al sur, mientras que la Africana va hacia al norte. Es decir, " es en el Golfo de Cádiz donde se cambian las direcciones de los esfuerzos, con esas cuatro fallas conocidas y otras menores".

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