Así debes hacer una reforma en casa para evitar problemas con los vecinos
La llegada de septiembre puede hacer que nos volvamos a plantear esas cosas que están pendientes de cambiar en casa
Aspectos a tener en cuenta para lograr una buena convivencia vecinal
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Realizar obras o reformas en nuestra casa suele ser un tema que a muchos se nos termina atragantando. El disponer del tiempo necesario para vigilar así como los perjuicios que suelen ocasionar durante la realización logran que retrasemos en el tiempo los cambios, por mucho que seamos capaz de imaginarnos nuestro hogar mejorado. Pero la llegada de septiembre, por qué no, puede hacer que nos volvamos a plantear esas cosas que están pendientes de cambiar en casa y que por fin decidamos meternos de lleno en el mundo de las reformas.
Lo que sí es importante antes de comenzar las obras es tener en cuenta que (en la mayoría de los cosas) no vivimos solos sino que lo hacemos en comunidades, con vecinos arriba, abajo y a los lados; y cada uno de ellos con un carácter y una manera de ser particular. Y como lo mejor y más sano es la buena vecindad, aquí van algunos aspectos interesantes para evitar tener problemas con ellos y que la paz fluya.
Según el artículo 7.1 de la Ley de Propiedad Horizontal, que rige en las gestión de todas las comunidades de vecinos, "el propietario de cada piso o local podrá modificar los elementos arquitectónicos, instalaciones o servicios de aquél cuando no menoscabe o altere la seguridad del edificio, su estructura general, su configuración o estado exteriores, o perjudique los derechos de otro propietario, debiendo dar cuenta de tales obras previamente a quien represente a la comunidad". Según este artículo, y 'tirando' de sentido común, lo mejor es informar a la comunidad (ya sea el presidente o el administrador) porque, de una manera u otra, y aunque la obra no exceda el umbral de tu puerta, lo más seguro es que termine afectando al resto de vecinos, sobretodo a los que están más cerca.
También es necesario que se soliciten todos los permisos para poder realizar las obras. Estos permisos los conceden los ayuntamientos previo pago de una tasa que depende del tipo de obra que vayamos a realizar: mayores, que necesitan supervisión profesional; menores, que no afectan a la estructura básica; y mínima, que muchas veces se conceden sin licencia aunque hay que informar de que se van a efectuar.
Cómo evitar las molestias a los vecinos con las obras
Los aspectos que más suelen enfadar a nuestros vecinos cuando realizamos reformas en nuestra casa son el tema de ruidos, suciedad y desperfectos, por lo que es importante saber cuáles son los límites y no sobrepasarnos en cada caso.
Con el tema de ruidos, lo mejor es tratar de minimizarlos. Si son inevitables, hay que consultar la normativa municipal de cada localidad aunque, de manera general cuando se realizan obras en días laborales, el horario legal se fija de 8h a 21h (si hay maquinaria pesada, el horario finaliza una hora antes, a las 20h). Si es necesario realizar obras también los fines de semana, la franja se reduce, limitándose a empezar a las 9.30h y finalizar a las 21.30h.
Aunque existan unos horarios, hay que controlar además los decibelios que produce la obra. De forma general, por las noches a partir de las 22h, no se debe superar el umbral de los 30 decibelios y por el día, en la mayoría de las ciudades, las alteraciones acústicas no deberán superar los 55-60 decibelios.
En cuanto a la suciedad que genera cualquier obra, lo más adecuado es cubrir la entrada al edificio o el ascensor/montacargas con cartones que eviten la suciedad de los propios trabajadores o del traslado del material. También una buena práctica es avisar a tus vecinos afectados para pedirles que durante un tiempo concreto traten de cerrar puertas y ventanas para que no les entre en sus viviendas. En este tema hay que tener en cuenta que no podremos hacer uso de espacios comunes para por ejemplo, cortar maderas o losas. Es decir, que si la obra está en el interior de nuestra vivienda y necesitamos cortar materiales, deben hacerlo dentro de ella.
Si la reforma generara escombros, hay que pedir los permisos necesarios para colocar en la calle una 'cuba' en los que arrojarlos y trasladarlos al lugar adecuado al finalizar. Además, debes hablar con el encargado de la obra para que los trabajadores recojan todo y lo dejen tal cual se lo encontraron.
Si a pesar de todo el cuidado, se generan desperfectos, lo más sano es evitar los conflictos y reconocer que has sido el causante. Tal vez, contratar un seguro de obras nos pueda evitar estos inconvenientes.
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