Cuidado con estos errores al volver de vacaciones: cómo comer sin culpas ni dietas

Es importante no dejarse guiar por la culpa y recuperar hábitos saludables de manera paulatina pero sin presión

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Persona cocinando
Persona cocinando / M. G

Septiembre llega cargado de rutinas, horarios estrictos y la presión de "recuperar el control". Tras semanas de descanso, comidas fuera de casa y caprichos veraniegos, es habitual sentir la necesidad de compensar todo lo ingerido con dietas estrictas, ayunos o restricciones. Pero lo cierto es que intentar "arreglar" los excesos suele ser más perjudicial que beneficioso. Reconocer los errores más comunes con la comida y aprender a comer de manera consciente es la clave para volver a la rutina sin culpa ni remordimiento.

1. Saltarse comidas para compensar

Uno de los fallos más habituales es omitir desayuno, comida o cena pensando que así se equilibran los excesos. Esta práctica provoca ansiedad, baja energía y aumenta el riesgo de atracones. La nutricionista Natalia de la Rosa aconseja mantener horarios regulares y optar por comidas equilibradas, priorizando alimentos frescos y nutritivos. Comer de manera constante ayuda al cuerpo a regular el hambre y la saciedad, y evita la sensación de descontrol.

2. Creer que hay alimentos prohibidos

Demonizar ciertos alimentos —postres, pan, pasta— es otro error común. La realidad es que no existen "alimentos culpables". Todos tienen cabida en una dieta equilibrada. La clave está en la variedad y la moderación: frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, proteínas de calidad y grasas saludables. La idea es centrarse en la calidad nutricional y no en la culpa que sentimos al comer algo que “no deberíamos”.

3. Recurrir a dietas milagro

Después del verano, muchos buscan soluciones rápidas con dietas exprés o batidos milagrosos. Estas prácticas no son sostenibles y suelen generar frustración y efecto rebote. La alimentación consciente, o mindful eating, invita a escuchar al cuerpo, disfrutar de cada bocado y reconocer señales de hambre y saciedad sin ansiedad. Comer despacio y sin distracciones mejora la digestión y fortalece la relación con la comida.

4. Comer por aburrimiento o estrés

Volver a la rutina puede llevar a usar la comida como consuelo frente al estrés, el cansancio o el aburrimiento. Este error fomenta hábitos poco saludables y malestar emocional. Para evitarlo, es útil diferenciar hambre física de emocional y buscar alternativas, como caminar, hidratarse correctamente o practicar técnicas de relajación.

5. Culparse por lo comido

Culparse por los excesos veraniegos es uno de los errores más dañinos. La comida no determina nuestro valor ni nuestra salud mental. Recuperar la rutina no significa castigarse con restricciones, sino restablecer hábitos equilibrados, disfrutar de la alimentación y mantener el placer de comer. La prioridad es nutrir el cuerpo, no castigarlo.

Cómo retomar la rutina de forma equilibrada

Septiembre es el momento ideal para reconectar con hábitos saludables sin buscar la perfección. Planificar comidas, incluir alimentos naturales y antiinflamatorios, hidratarse bien y mantener actividad física ligera son pasos sencillos que aportan bienestar. Comer conscientemente, sin prohibiciones ni culpas, permite disfrutar de los alimentos como lo que son: nutrientes que dan energía y salud, no premios ni castigos.

La clave está en la flexibilidad y la escucha del cuerpo. Evitar los errores más comunes tras las vacaciones protege tanto la salud física como la mental, fomentando una relación con la comida basada en respeto, disfrute y equilibrio.

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