Los milagros se siguen produciendo en Turquía una semana después de los devastadores terremotos que han dejado ya unos 35.000 muertos y cerca de 80.000 heridos.

A pesar del tiempo transcurrido y la climatología en la zona, infantes españoles de la Marina participaron el sábado en el rescate de un niño de 7 años que aún seguía vivo entre los escombros de uno de los edificios derruidos por el terremoto, según han informado fuentes del Ministerio de Defensa.

"La situación era un poco caótica ya que era el quinto día tras el terremoto y las posibilidades de encontrar a alguien con vida disminuían drásticamente", ha relatado el teniente de Infantería de Marina, Manuel González Baiges, de la 7ª Compañía del Segundo Batallón de Desembarco.

La infantería se encontraba ayudando en labores de limpieza y desescombrando de uno de los edificios de la zona céntrica de Iskenderun cuando "se escuchó un sonido" que fue identificado por el equipo turco. "Somos el equipo de rescate si alguien me oye que grite, si no puede dé tres toques a su alrededor", afirmaron los turcos.

Entonces, los equipos de rescate pudieron salvar a este niño que se encontraba entre los escombros: "Tardaron unos 20 minutos en llegar hasta esa pequeña vida que devolvió un hilo de esperanza a todos los que nos encontrábamos en el lugar", ha relatado González Baiges.

Horas más tarde, soldados españoles participaron también en el rescate de un hombre de 70 años. Los propios militares reconocen que ante tanto drama y desolación "reconforta" aportar su granito de arena para salvar alguna vida. Destacan además el cariño de la población turca, que aseguran, se desvive con ellos.

Los buques españoles de la Armada 'Juan Carlos' I y 'Galicia' partieron el pasado lunes en dirección a la zona afectada por el terremoto en Turquía para ayudar en las labores de rescate de personas, además de dos aviones, uno de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y otro con bomberos de la Comunidad de Madrid.